El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) del mes de junio alcanza los 65,8 puntos, lo que representa 10,1 puntos menos que el dato del mes anterior. Este notable descenso se debe al retroceso de sus dos componentes, por un lado, la valoración de la situación actual, que baja 6,6 puntos respecto al mes de mayo y, por otro, la valoración de las expectativas, que pierde 13,7 puntos en el último mes.
Así, el índice de Confianza del Consumidor desciende 13,3%, el Índice de Situación Actual baja 9,9% y en el caso del Índice de Expectativas el retroceso es del 16%. No obstante, el ICC está 12 puntos por encima del dato del mes de marzo en el que sufre una gran caída, al igual que el Índice de Situación Actual que tiene 10 puntos más y el Índice de Expectativas con 14,1 puntos por encima del mes de marzo, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
En relación con el mes de junio del año anterior, la evolución interanual del ICC es muy negativa y se reduce 31,7 puntos. Esta reducción es debida al retroceso de 16,4 puntos de la valoración de la situación actual en el último año y a un descenso mayor de 46,9 puntos en las expectativas de futuro respecto a junio de 2021. En términos porcentuales, el ICC decrece un 32,5% respecto a junio del pasado año, como resultado de la disminución del 21,6% en la valoración de la situación actual y del descenso de un 39,4% en la valoración de las expectativas en los últimos 12 meses.
Comparando con los datos de junio de 2021, la evolución interanual de la valoración de la situación actual también es negativa, decrece 16,4 puntos. En términos relativos el descenso es mayor, baja 21,6% en el último año. Este resultado negativo se debe a la evolución en conjunto de todos sus componentes: la valoración de la situación económica disminuye 33,8 puntos y la valoración de la situación en los hogares empeora 26,9 puntos en los últimos 12 meses, mientras que las opciones que ofrece el mercado de trabajo se valoran 11,5 puntos por encima del valor de hace un año. Si analizamos la evolución en términos relativos, las diferencias son mayores: la valoración de la situación económica general disminuye un 45,9%, la valoración de las posibilidades del mercado de trabajo sube 16,1% y la valoración respecto a la situación de los hogares disminuye el 32,6%.