La cervecera Heineken acaba de anunciar su decisión de dejar de comercializar sus productos en Rusia, sumándose así a una lista cada vez más larga de compañías que han optado por abandonar sus negocios en el país como forma de expresar su rechazo y sancionar a Rusia por su invasión a Ucrania.
“Estamos conmocionados y profundamente entristecidos al ver que la guerra en Ucrania continúa desarrollándose e intensificándose”. Así comienza el comunicado que Heineken ha emitido a través de su página web. La empresa anuncia que ha detenido nuevas inversiones y exportaciones a Rusia, poniendo fin a la producción, venta y publicidad de la marca Heineken. Además, la cervecera no aceptará ningún beneficio financiero neto ni ganancia de su negocio en Rusia.
Tras la revisión estratégica de sus operaciones, la empresa ha concluido que la propiedad del negocio de Heineken en Rusia ya no es sostenible ni viable en el entorno actual. Como resultado, ha decidido dejar el país mediante una transferencia ordenada del negocio a un nuevo propietario en pleno cumplimiento de las leyes internacionales y locales.
Así lo hará para garantizar la seguridad y el bienestar los empleados y minimizar el riesgo de nacionalización. Así, Heineken garantizaque los salarios de sus 1.800 empleados se pagarán hasta fines de 2022 y que hará todo lo posible para salvaguardar su empleo.
La compañía no obtendrá beneficios de ninguna transferencia de propiedad. Una vez completada la transferencia, Heineken ya no tendrá presencia en Rusia, aunque continúa esperando una solución pacífica al conflicto a corto plazo.