El grupo Pascual ha superado el objetivo propuesto de reducción del 20% de sus emisiones y su consumo de agua y energía eléctrica. Además, la generación de residuos urbanos industriales cayó en más de un 74%, con lo que reduce su impacto medioambiental.
Estos resultados, junto con los aprendizajes acumulados, las novedades legislativas y la escucha activa de los grupos de interés, son la base para la definición a lo largo del ejercicio de 2021 del nuevo plan estratégico medioambiental de la Corporación.
El grupo lleva años desarrollando un modelo de producción eficiente que promueve el uso de energías renovables, capaz de responder a las necesidades del negocio con un menor impacto ambiental. Destacan medidas como el acuerdo con EDPR para la compra de energía eólica durante cinco años desde enero de 2018, siendo el primer acuerdo de este tipo firmado en España. En 2020, el consumo de energía eléctrica renovable en el área industrial superó los 80 millones de kWh lo que supuso un ahorro de emisiones de casi 25.000 toneladas de CO2.
Operaciones sostenibles
En lo relativo al eje de las operaciones sostenibles, el consumo eléctrico de la compañía, expresado como kWh por cada tonelada de producto terminado, se ha reducido en un 22,9% en el periodo de 2015 a 2020. Esta ratio representa un logro de tres puntos porcentuales de mejora por encima del objetivo marcado, pasando de 91,58 a 70,61 kWh/1.000 kilogramos.
Por su parte, el consumo de agua, expresado como metros cúbicos por cada tonelada producida, ha disminuido un 24,2% desde 2015 a 2020, con cuatro puntos de mejora respecto del objetivo fijado de 20% de reducción. En este sentido, se ha pasado de un consumo de 2,2, en el 2015, a 1,6 metros cúbicos por cada 1.000 kilogramos de producto, en el 2020. Los ahorros vinculados a los procesos de limpieza y la implantación de acciones para el reaprovechamiento del agua son las principales causas de esta reducción.
El residuo sólido urbano, entendido como kilogramos de Residuo Urbano por cada tonelada de producto cuyo destino final es vertedero, se ha reducido en un 74,6% en el mismo periodo en el área industrial, pasando de una ratio de 0,75 a 0,19. El objetivo de residuo cero a vertedero ya se ha conseguido en las plantas de Ortigosa del Monte, Trescasas y Gurb y está previsto alcanzarse en todos los centros de la compañía a lo largo de 2021.
El objetivo de la reducción del residuo va más allá de las fábricas y la compañía se ha focalizado en obtener la Certificación de Residuo Cero para asegurar que los desechos generados en todos los centros tienen un destino final alternativo a la eliminación en vertedero, o lo que es lo mismo, se destinan a una segunda vida útil mediante su reciclaje, reutilización o valorización en forma de energía.
En el ámbito de la movilidad sostenible en la logística de corto recorrido, un 10% de la flota de camiones de reparto se mueven total o parcialmente gracias a energías alternativas como el gas natural comprimido (GNC). En materia de logística de largo recorrido, Pascual cuenta con hasta 39 camiones propulsados por combustibles de fuentes de energías alternativas como el gas natural licuado (GNL), así como dos megatrailers que consiguen movilizar prácticamente el doble de carga con el mismo consumo.
Pascual sigue trabajando para fortalecer su estrategia ambiental en los próximos tiempos y ya ha identificado las grandes líneas estratégicas con miras al año 2023. Aspectos como el cambio climático y la promoción de la economía circular seguirán teniendo un papel relevante. Las prácticas de ganadería y agricultura sostenible, la gestión del capital natural (energía, agua o biodiversidad) no solo en las operaciones directas sino también a lo largo de la cadena de valor y la reducción del desperdicio alimentario serán igualmente otros elementos clave del nuevo ciclo ambiental de Pascual.