Ya se encuentran al alcance de los consumidores las primeras sandías de temporada cultivadas en territorio continental que se pueden encontrar en mercados, supermercados, tiendas y establecimientos de restauración. Proceden del sur de España, donde gracias a la protección que ofrecen sus invernaderos solares, los cultivos pueden aprovechar al máximo la luz, permitiéndonos disfrutar de su refrescante sabor a partir de estas fechas primaverales.
La producción anual supera las 430.000 toneladas y prácticamente la mitad recorren Europa, especialmente países como Alemania, Francia, Polonia o Países Bajos, mercados donde se valora mucho la sandía procedente de los invernaderos solares.
Las sandías españolas suponen un refuerzo para la soberanía alimentaria europea, compitiendo con los grandes países productores de esta fruta: Costa Rica, Turquía, Marruecos y Senegal. Los invernaderos solares de Almería y Granada son una buena solución para el conjunto de la UE, por eso están considerados como la mayor huerta de frutas y hortalizas de Europa.
Los cultivos de invernadero llevan asociados otra serie de ventajas desconocidas por los consumidores. En concreto, la campaña Cute Solar explica que “el sabor es donde realmente se la juega cualquier alimento” y los agricultores de los invernaderos solares se encargan de asegurar que el producto alcance el adecuado nivel de maduración y no se corte antes de tiempo.
Asimismo, recuerda que las sandías cultivadas en los invernaderos del sudeste español son sinónimo de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria y señala que en los invernaderos se respeta el ritmo de crecimiento de cada una de las plantas, ni se acelera, ni se modifica con luz o sistemas de calefacción artificial. Además, destaca que los agricultores almerienses y granadinos son líderes en la aplicación del control biológico.
Por último, recuerda que “consumir productos europeos no solo nos garantiza una independencia alimentaria frente a los vaivenes que puedan sufrir otros territorios, sino que también minimiza el impacto de la contaminación por el trasporte de esos productos. Además, en el caso de los invernaderos solares se asegura un uso racional del agua y se recicla el 95% de los plásticos empleados y de otros residuos”.