La Unión Europea (UE) cofinancia una ambiciosa campaña de información presentada por la Organización Interprofesional Láctea (InLac) para poner en valor la sostenibilidad del sector lácteo, así como los valores nutricionales y saludables de la leche y los productos lácteos.
Este programa europeo de productos lácteos sostenibles (“Sustainability friendly European dairy proram”) incluye acciones en España y Bélgica hasta 2024 con un presupuesto de 2,2 millones de euros. Las acciones pondrán en valor cómo los productores, la industria láctea, la producción de la leche y los productos lácteos contribuyen mitigar el cambio climático; conservar la biodiversidad, luchar contra la despoblación; fomentar economía y empleo rurales e incentivar la innovación.
El presidente de InLac, Ignacio Elola, ha explicado este jueves en la sede del MAPA esta campaña de promoción que, bajo el lema «Cuenta con los productos lácteos europeos», integra acciones de comunicación, publicidad y en punto de venta. Además, durante la rueda de prensa se han presentado los resultados del “Análisis de posicionamiento de los productos lácteos europeos”, realizado por Ikerfel para la Interprofesional Láctea, que aporta información valiosa sobre la percepción que tienen las personas consumidoras sobre estos productos.
De acuerdo con las conclusiones de este análisis, prácticamente el 90% de los consumidores consideran que las variables que en mayor medida se asocian a la leche y los productos lácteos hacen referencia a las propiedades del producto, como el aporte de calcio y vitaminas, su percepción de producto básico en la alimentación, la imagen de productos sanos y saludables, el aporte de energía… y el 73% de los consumidores consideran que los productos lácteos son sostenibles principalmente desde el punto de vista social y medioambiental.
A pesar de que el 72% del total de la población declara conocer que la cantidad diaria recomendada de productos lácteos es de tres al día, en torno a dos tercios de la población no consume la cantidad recomendada.
Un sector comprometido
Las ganaderías europeas, en su inmensa mayoría de carácter familiar, son un motor de revitalización para los núcleos rurales y las industrias lácteas unas de las principales industrias con las que cuentan muchos de nuestros pueblos. Su presencia contribuye a mantener vivas las zonas rurales fijando población y creando empleo. “El proyecto europeo permitirá mostrar a los consumidores que el sector lácteo en su conjunto está comprometido con la correcta gestión de los recursos naturales y su ambiciosa ‘hoja de ruta’ para ser más respetuosos con el planeta y lograr la neutralidad climática”, apunta Elola.
Según la FAO, el desarrollo del sector lácteo es vital ya que se trata de “un instrumento sostenible, equitativo y poderoso para lograr el crecimiento económico, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza porque la actividad láctea es una fuente regular de ingresos; proporciona alimentos nutritivos; diversifica los riesgos; mejora el uso de los recursos; genera empleo; crea oportunidades para las mujeres; y proporciona estabilidad financiera”.
El sector lácteo, además, es responsable de la cohesión social, económica y territorial de las regiones de España, así como de la subsistencia de muchas familias, de la ordenación, ocupación y protección del territorio y de la conservación de las prácticas culturales y tradicionales. “Solo en España se generan más de 60.000 empleos en esta actividad”, agrega el presidente de InLac.
Apoyo del Gobierno
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que ha participado en la presentación de la nueva campaña, ha reiterado el apoyo del Gobierno al sector lácteo para asegurar la rentabilidad del sector como la ayuda de Estado por valor de 159,3 millones de euros que se ha ingresado recientemente en la cuenta de los ganaderos o los cambios en la norma que recoge las condiciones de contratación, medidas para asegurar la viabilidad de las explotaciones.
Planas ha señalado la importancia que tiene la interprofesional para defender los intereses comunes de toda su cadena de valor, y el papel clave que desempeña en su ordenación y vertebración. Ha destacado el papel fundamental de INLAC en el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria y en la búsqueda de las mejores soluciones a los retos que se les plantean: sostenibilidad, rentabilidad, competitividad, relevo generacional y digitalización.
Para el ministro esta ley, demandada por los productores y promovida por el Gobierno, “es un gran paso” para lograr “unas relaciones comerciales más justas, equilibradas y transparentes en la cadena de valor del sector lácteo”, al luchar contra las prácticas comerciales desleales y asegurar que el ganadero reciba precios dignos por sus productos.
Además, para impedir la venta a pérdidas, se ha reforzado la normativa que regula la contratación láctea. La modificación normativa aprobada recientemente incorpora la opción de que los productores que hayan suscrito contratos a precio fijo, con una duración de más de seis meses, puedan solicitar una nueva oferta si se constata que el precio acordado está por debajo de sus costes de producción durante al menos tres meses consecutivos.
Ante las dificultades que viene acusando este sector por el incremento de los costes de la energía y de las materias primas para la alimentación del ganado, agravado por la guerra de Ucrania, el ministro ha recalcado que las ayudas del Gobierno son un instrumento eficaz para asegurar la rentabilidad de las explotaciones agrarias.
A este respecto, además de la ayuda directa para los productores de leche de vacuno, caprino y ovino, ha mencionado la rebaja de 20 céntimos por litro de combustible, la reducción generalizada del 20 % en el rendimiento neto de los denominados módulos del IRPF; y préstamos bonificados y ayudas para avales de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (SAECA).
En relación a la nueva Política Agraria Común (PAC), el ministro ha asegurado que el sector lácteo verá aumentados los apoyos. Las ayudas asociadas a la producción sostenible de leche de vaca se incrementan un 30,4 %, hasta alcanzar los 122 millones de euros anuales. La ayuda asociada para el ovino y caprino se incrementa un 17 %, hasta alcanzar los 196 millones de euros. En ambos casos, a estos importes hay que sumar los correspondientes a las ayudas directas desacopladas de la producción, las correspondientes al desarrollo rural, y los ecoesquemas.