Osborne ha celebrado la Junta General de Accionistas en la que se han ratificado las cuentas del ejercicio 2024. La compañía cerró el año con unas ventas netas de 251 millones de euros, frente a 248 del año anterior, un Ebitda de 37,6 millones de euros, frente a los 39 millones de 2023 y un Beneficio Neto de 16,1 millones de euros, frente a los 16 millones de 2023.
Según ha destacado la compañía, estos resultados económicos consolidan por tanto los ya logrados en 2023 y cumplen con el objetivo de crecimiento fijado para el ciclo 2021-2024 tras el shock de la pandemia. En este sentido, desde 2021 las ventas de Osborne han aumentado un 19%.
“El entorno en el que la compañía se ha desenvuelto durante 2024 ha sido especialmente complejo, caracterizado por la inestabilidad geopolítica a nivel global, por la debilidad del consumo en nuestros principales mercados, por la tendencia estructural hacia un menor consumo de alcohol y por el crecimiento agresivo de las marcas de la distribución”, explica la empresa.
De este modo, desde Osborne se califican estos resultados como muy sólidos, máxime en un entorno tan desafiante, habiéndose logrado los principales retos fijados en los cuatro pilares estratégicos de la compañía:
-Desarrollo del portafolio de marcas. En 2024, la compañía ha incrementado la cuota de sus principales marcas en mercados estratégicos, con especial mención a la consolidación del liderazgo de 5J, al crecimiento a nivel global de la marca Nordés y al impulso y rejuvenecimiento de la marca Veterano en Alemania. Adicionalmente, Osborne ha impulsado importantes proyectos de innovación que en algunos casos ya se han lanzado al mercado y que darán sus frutos a lo largo del Plan Estratégico 2025-2027. Por último, la compañía ha mantenido su apuesta por el desarrollo de marcas de terceros en los mercados de España y Brasil.
-Internacionalización. Osborne ha reforzado su negocio internacional a pesar de la crisis de consumo en China y Alemania, los dos principales mercados exteriores. En 2024, las exportaciones supusieron el 36% de la facturación total de las marcas propias de la compañía -en 2019, último año previo a la pandemia, representaban el 31%- lo que confirma el éxito de la apuesta por la internacionalización.
-Eficiencia operativa y digitalización. Pensando siempre en el largo plazo, el ejercicio 2024 estuvo marcado por importantes inversiones en las principales plantas de producción, orientadas a mejorar la eficiencia y el servicio al cliente. Adicionalmente, en 2024 se consolidó la implantación de un nuevo ERP, un hito clave en la modernización de la compañía que se estableció como prioridad para el Plan Estratégico 21-24.
-Impulso de la marca Osborne. Por último, Osborne mantuvo la apuesta por la marca corporativa, que se identifica como el principal catalizador de la cultura corporativa y transmisor de sus valores. Son destacables en este sentido la sólida presencia de Osborne en los principales medios de comunicación y la creciente actividad de la Fundación Osborne, canalizador de la actividad social de la empresa.
En palabras de Sofía Osborne, presidenta de la compañía, “2024 ha sido un año difícil en el que, a pesar de tener vientos contrarios, hemos mantenido nuestra velocidad de crucero y consolidado nuestros resultados mientras conservábamos un balance robusto. Sin embargo, no nos conformamos y, como compañía de 253 años de historia, mantenemos siempre la mirada fija en el horizonte del largo plazo. Por tanto, seguiremos apostando por la inversión, la innovación y la transformación, asumiendo con naturalidad la incertidumbre del futuro y apoyándonos con una gran seguridad en nosotros mismos, en nuestra capacidad de adaptación al entorno que venga, sea cual sea, como hemos hecho durante más de dos siglos de existencia”.