El sector de bebidas espirituosas lamenta el Proyecto de Ley de Comunicación Audiovisual, que aprobó ayer el Consejo de ministros, asegurando que es “un paso atrás”, al mismo tiempo que “lesiona a las empresas españolas del sector de bebidas espirituosas frente a sus competidores europeos”.
Así, la Federación Española de Espirituosos asegura “asistir perplejo a estas medidas, que ve de muy difícil aplicación en el online, lo que indica un desconocimiento sobre cómo funciona el mundo digital”. “Ponen puertas al campo en España, mientras que los colegas europeos tendrán un campo regulatorio distinto y eficiente basado en la tecnología disponible”, señalan desde la patronal.
El texto establece horarios para la publicidad de determinadas bebidas alcohólicas en el canal digital, trasladando directamente la obsoleta regulación analógica al online sin ningún argumento que lo avale. Con esta decisión del Gobierno, España sería el único país de Europa que pretenda aplicar horarios al canal digital.
“Mientras hoy en día la tecnología permite discriminar a las audiencias en función de su edad, mediante mecanismos como el Age Gating o control y segmentación de audiencias, se imponen medidas que datan de la era analógica, y con ellos se lesiona a un sector gravemente golpeado por la crisis del coronavirus y a toda su cadena de valor, que en el caso de bebidas alcohólicas afecta desde la agricultura, los servicios, la distribución y la propia hostelería, donde se comercializan siete de cada 10 botellas, y que bastante han tenido ya con pagar los platos rotos de la pandemia”, señalan desde el sector.
Pero, además el Proyecto de Ley incluso pretende aplicar a la radio limitaciones de la televisión analógica. Una radio que está fuera del ámbito de la propia Directiva y que, de precisar una legislación marco, no debería abordarse al hilo de otras cuestiones, si no con tiempo y específicamente con las asociaciones y representantes del sector radiofónico.
Desde el sector piden una reflexión profunda y una llamada a los partidos políticos para que mediante las correspondientes enmiendas se permita acercarnos a Europa en lugar de alejarnos de la convergencia y la digitalización.