La industria de la alimentación y bebidas siempre se ha caracterizado por sus grandes estándares de higiene y seguridad y, en este último año, la pandemia del Covid-19 ha dado aún una mayor importancia al hecho de consumir unos alimentos que cumplan con todas las medidas de seguridad y estándares de calidad óptimos.
“La actual crisis sanitaria ha hecho que las empresas tengan que insistir de manera especial en estas prácticas de higiene y seguridad y comprobar que no hay desviaciones”, explica la empresa de desinfección e higiene industrial Cleanity, que señala que, durante estos meses, “la manufactura alimentaria se ha tenido que aclimatar a unas condiciones cambiantes para seguir dando un servicio de calidad a los clientes, ya que cada vez más la limpieza y la seguridad son importantes vectores de decisión para los consumidores que han pasado de demandar productos seguros a demandarlos en establecimientos fiables”.
Además, el sector ha sabido captar las oportunidades que siempre afloran en épocas de crisis y ha extraído aprendizajes que apuntan hacia nuevos métodos y aproximaciones para abordar la seguridad en el abastecimiento de alimentos.
Por un lado, el equipo humano centra ahora la nueva cultura de la seguridad alimentaria. “Antes de la pandemia, todo se enfocaba mayoritariamente en abordar el comportamiento de los trabajadores en las fincas e industrias alimentarias y en su compromiso a la hora de llevar a cabo su trabajo con las mayores garantías de seguridad. Sin embargo, la pandemia nos mostró que es más que eso, es una nueva cultura de seguridad alimentaria que también implica mantener a los trabajadores seguros y proteger nuestra cadena de abastecimiento”, explica Antonio Alberola, director de calidad de Cleanity.
“El otro gran cambio lo encontramos en la digitalización y transformación hacia la industria 4.0 para mantener la competitividad”, asegura la compañía, que añade que cada vez son más altos los requerimientos de calidad y estandarización que demandan las cadenas de distribución y las exigencias del marco regulatorio en materia de trazabilidad y seguridad alimentaria y la mejor manera de responder a estas cuestiones pasa por la digitalización.
De este modo, “las nuevas tecnologías asociadas a la Industria 4.0 han penetrado, aunque con mayor profundidad en las grandes y medianas empresas que en las pequeñas”, subraya Ricardo Díaz, jefe del Departamento de Automatización Inteligente de Ainia. Los controles de calidad o el triaje son algunos de los aspectos en lo que se está apostando por maquinaria inteligente que aumente la fiabilidad de estos procesos.
Sin duda, la pandemia ha puesto de manifiesto la fuerza motriz que es la industria alimentaria para España y la importancia de que establezca fuertes protocolos de higiene y seguridad en consonancia con la visión europea “from farm to fork” que aboga por un sistema alimentario más seguro, saludable y sostenible como piedra angular del Pacto Verde Europeo.