El sector de la gran distribución alimentaria en España se compone de grandes grupos multinacionales y de actores de ámbito nacional o regional, que tienen estrategias muy diferentes, pero que, al final, se ven condicionados por los hábitos del consumidor, tal y como señala el flash sectorial de Solunion sobre el sector de la distribución alimentaria en España, elaborado por Guillermo Lucas, analista de Riesgos de Solunion España, donde se reflejan varios aspectos clave en este mes de junio.
En este sentido, el experto señala que la continuada inflación sufrida en los últimos años ha producido una pérdida de poder adquisitivo de los hogares, lo que ha conllevado a unos cambios en los hábitos de consumo de los consumidores, como, por ejemplo, la preferencia por la marca blanca. Además, se intensifica la apuesta por las compras recurrentes, casi diarias, de un menor número de productos por compra, en puntos de venta de un radio de influencia más cercano al domicilio. Esta necesidad de mayor cercanía la satisfacen los formatos de proximidad.
Es por ello que el número de nuevas aperturas de los principales operadores del país no deja de crecer, y la fuerte competitividad empuja al continuo crecimiento de la superficie comercial en España. Mantener cuota de mercado en términos de superficie comercial necesita ir de la mano de una estrategia de expansión adecuada y sostenible. Por otro lado, las continuas reformas y remodelaciones, e incluso cambios de ubicación, son una constante del sector.
“Nos encontramos ante un escenario de continua lucha por la superficie comercial, de la mano de unos consumidores más exigentes, con menor poder adquisitivo, por lo que se trata de uno de los sectores que presenta una mayor competitividad”, afirma Guillermo Lucas, que añade que “el crecimiento de los salarios y la creación o destrucción de empleo serán también clave para determinar cómo evolucionará la demanda que, de momento, confirma un endurecimiento continuo de la competitividad del sector”.
En este contexto, la rentabilidad en términos EBITDA sobre ventas de los principales operadores de retail food en España se ha movido en los últimos tres años de media en un entorno entre el 4% y el 6%, aunque varía muchos de unos actores a otros, asegura el experto.
Impagos e insolvencias
Tal y como recuerda Guillermo Lucas, históricamente, el índice de impagos en el sector retail se ha mantenido por debajo de la media nacional, hasta que durante el primer semestre de 2023 empeoró su comportamiento, aunque se corrigió nuevamente en agosto de 2023. Desde entonces, continúa por debajo del promedio, con un ligero crecimiento en los primeros meses de 2024, en línea con la media.
En cuanto a las insolvencias: tras los picos históricos de 2022-2023, el volumen de concursos de acreedores del sector tiende a moderarse en 2024.
A ello se suma que la media de los concursos presentados en el sector de la distribución alimentaria se mantiene por encima de los 100 en los últimos 12 meses. En 2023 concursaron en España más de 100 empresas del sector, cifras no mucho más elevadas de las que teníamos en 2019, donde se situaba cerca de los 80 concursos al año.
Perspectivas del sector
Según señala el informe, pese a los cierres o reubicaciones de tiendas, la previsión para 2024 apunta a que la superficie comercial de alimentación en España siga creciendo. Los continuos esfuerzos expansivos de todo el sector, con grandes partidas de capex destinadas a nuevas aperturas con el fin de crecer o mantener cuota de mercado, alentará ese crecimiento.
Así, encontramos tiendas de menor sala de venta, una venta/metros cuadrado más elevada, con tickets medios de menor importe, presentes en ubicaciones de mayor valor, con una influencia de apenas un radio de 3-5 minutos a pie, enfocados en esos nuevos hábitos de compra del consumidor que demanda inmediatez.
Pero además, gran parte de las nuevas aperturas de tiendas bajo la fórmula de la franquicia son segundas o terceras tiendas de actuales franquiciados/asociados, ya que la captación de nuevos socios que emprendan es la labor más compleja a la que se enfrentan los franquiciadores de este sector. La falta de relevo generacional también es un problema, que está afectando a la continuidad de muchos puntos de venta.
El frenético ritmo de nuevas aperturas, tanto de tiendas propias como franquiciadas va de la mano también de remodelaciones de tiendas consolidadas y de una constante modernización del parque, con un continuo estudio y revisión de ubicaciones actuales donde, aquellas con formatos de menor sala de ventas serán más fáciles de reubicar ante un movimiento de competencia, por ejemplo. También empiezan a ser una dinámica habitual en el sector las recurrentes compras de lotes de tiendas entre operadores, así como los cambios de enseña por parte de socios o franquiciados.