“Pensar que los productos light pueden ayudarnos a adelgazar de forma decisiva es un error”, advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). De hecho, aunque los alimentos light garantizan, como mínimo, un 30% menos de azúcares o de grasas que un producto similar, esto no implica necesariamente que la reducción de calorías sea similar.
Además, los productos light suelen provenir de alimentos calóricos, por lo que normalmente lo seguirán siendo. A pesar de una cierta reducción calórica, una ración de queso semicurado light (60 gramos) tiene una media de 174 kcal, lo mismo que una ración de galletas light (40 gramos); mientras que una ración de mermelada light (25 gramos) tiene 37 kcal.
Por otro lado, muchos alimentos light son productos ultra-procesados con un alto contenido en sal y aditivos, especialmente los de bollería y las salsas. Por eso OCU recuerda que, en estos casos, este tipo de alimentos no deberían representar más que una pequeña parte de la dieta habitual.
OCU recuerda que la mejor forma de adelgazar es seguir una dieta variada, rica en frutas, legumbres y verduras, que priorice los productos frescos, poco procesados.