Lidl junto con el Grupo Schwarz, del que forma parte, ha desarrollado una estrategia sobre el clima con el objetivo de contribuir al Acuerdo de París y evitar un cambio climático peligroso, manteniendo el calentamiento global por debajo de los dos grados y prosiguiendo los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados. En España, Lidl trabajará para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 80% hasta 2030 y para ser neutro en carbono hasta finales de 2022. Esto implicará que, antes de 2025, la cadena de supermercados en España disminuirá un 20% el uso de plástico.
Estos objetivos también afectarán a sus proveedores, ya que exigirá a aquellos que son responsables del 75% de las emisiones de GEI, una estrategia propia sobre el clima. Desde 2018, gracias a diferentes iniciativas ha disminuido un 44% sus emisiones directas. A esta disminución de emisiones de CO2 también ha contribuido que, desde 2018, el 100% de la electricidad que utiliza Lidl en España sea de origen renovable, adelantándose así cuatro años al objetivo que el grupo se había fijado para 2022.
“Las empresas desempeñamos un papel fundamental en asegurar que se alcancen los objetivos globales de temperatura. Nuestro compromiso se fundamenta en objetivos basados en la ciencia porque creemos que esta es la única manera real de evolucionar hacia una economía baja en carbono que ayude a combatir el cambio climático”, afirma la directora de responsabilidad social corporativa de Lidl España, Michaela Reischl.
REsetPlastic es el programa Neutro en Carbono, la gestión de los residuos, la construcción eficiente y la logística sostenible de Lidl. Para alcanzar los objetivos de reducción, antes de 2025 la cadena de supermercados en España disminuirá un 20% el uso de plástico y ofrecerá envases reciclables en el 100% de sus productos de marca propia, además de asegurar que estos contengan un 25% de plástico reciclado. Solo con el uso de bolsas compostables en sustitución de las de plástico ha evitado la emisión de más de 750 toneladas de CO2, lo que equivale al consumo de electricidad de más de 130 hogares durante un año.
Por lo demás, para lograr el objetivo de ser neutro en carbono, Lidl calcula las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan de forma directa a lo largo de su actividad. Su objetivo es que hasta finales de 2022 pueda compensar todos los GEI generados por la propia compañía en proyectos certificados que protegen el clima. Actualmente toda su gama de productos veggie de Vemondo son neutras en carbono, lo que supone que todas las emisiones de efecto invernadero que se generan en toda la cadena de suministro de estos productos durante la fabricación, el envasado o el transporte, se compensan a través de tres proyectos certificados por Climate Partner. Se trata de un proyecto para el fomento de la energía renovable en la India y para conseguir potabilizar agua en Eritrea y contribuir a la reforestación en Uganda
El 100% de los residuos que Lidl gestiona en sus plataformas logísticas de la península se recicla, mientras que el 85% de los residuos gestionados en sus tiendas se retorna a los almacenes por logística inversa. Solo durante el año pasado Lidl logró reciclar más de 100.000 toneladas de residuos lo que evitó la emisión a la atmósfera de más de 48.200toneladas de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a los objetivos globales.
La compañía se ha comprometido además con el objetivo de minimizar el desperdicio alimentario en un 30% hasta 2025 y en un 50% hasta 2030 a través de diferentes iniciativas dirigidas por un lado a encontrar una solución antes de tener que retirar un artículo de la venta y, por otro, a buscar una salida a los productos que son aptos para el consumo.
Para reducir las emisiones de carbono de sus centros de trabajo, Lidl ha multiplicado por más de tres su producción fotovoltaica entre 2017 y 2020. Durante este período, la cadena ha invertido más de 13 millones de euros en la instalación de más de 100 fotovoltaicas, cubriendo hasta el momento una superficie total de 106.101 metros cuadrados.
El uso de camiones propulsados por gas natural vehicular ha permitido a Lidl ahorrar la emisión de 3,4 toneladas de CO2 por cada 100 kilómetros recorridos, entre el 2018 y 2020. Actualmente la cadena cuenta con una flota de 100 vehículos de este tipo y tiene previsto aumentarlos un 15% antes del año 2023.