La compañía cervecera Ambar ha cerrado 2020 con una facturación de 140 millones de euros, lo que supone un retroceso del 32% debido al impacto causado por el Covid. El incremento del 23% en gran consumo no ha compensado la gran dependencia que el grupo tiene del canal hostelero, que en el anterior ejercicio sufrió un descenso del 75%.
Así, lo ha explicado Enrique Torguet, director de Comunicación e Institucional de Cervezas Ambar, en la entrevista realizada por Financial Food en el número de junio de la revista digital, quien se muestra optimista si “la vacunación avanza al ritmo que nos anuncian, las restricciones al sector hostelero se van levantando y el verano acompaña”.
De hecho, el objetivo del grupo es volver a la senda del crecimiento, con un incremento del 13,2%, para este ejercicio 2021. El año 2020 “no debería contar tras tantos meses con la hostelería cerrada. El crecimiento hasta ese año era acorde al plan establecido y el reto de dar a conocer nuestra marca en territorios donde en más de un siglo de existencia nadie conocía que Ambar era una cerveza se ha conseguido, ganando en penetración en todas las provincias a través de distribuidores también independientes y estamos referenciados en las principales cadenas de alimentación. Y lo más importante, la marca gusta a quién la prueba”, comenta el directivo.
A nivel internacional, la cerveza Ambar está “muy extendida y consumida en todo el planeta”, aunque sigue teniendo carácter local y el peso de las exportaciones sigue siendo todavía pequeño, sólo un 3%. “Exportamos a más de 26 países. Construir marca requiere de un enorme esfuerzo de inversión y es muy difícil por la atomización de marcas locales existentes”, asegura Torguet.
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