En 2024, las ventas totales de alimentación en España crecieron un 1,8%, impulsadas por la inflación (+3,6%), pero el volumen de compra se contrajo (-0,5%) y se mantuvo el efecto de cambio hacia productos más económicos (-1,2%).
Si descontamos la inflación, las ventas reales cayeron un -1,7% y se sitúan todavía un 7,9% por debajo de los niveles de 2019, según revela el informe The State of Grocery Retail 2025: Europe, elaborado por McKinsey & Company y EuroCommerce, que señala que, en Europa, las ventas totales crecieron un 2,4%, ligeramente por encima de la tasa de inflación de los precios de los alimentos del 2,3% en la región.
El trabajo destaca que, a pesar de un 2024 retador, en España hay señales positivas. En el mercado local, los ingresos online aumentaron un 6,3%, mientras que los supermercados, que representaron el canal con mayor cuota de mercado (51,9%), registraron un crecimiento del 6,1%. Los discounters aumentaron un 2,9%, mientras que los hipermercados experimentaron una leve caída del 0,1%.
Por su parte, la cuota de mercado de las marcas blancas se incrementó en 0,7 puntos porcentuales, alcanzando el 44,1%. El canal de foodservice también mostró un desempeño positivo, con un crecimiento del 6,5% frente a 2023 y del 15,2% respecto a 2019.
De cara a 2025, se espera que el crecimiento en volumen siga siendo bajo, aunque hay señales de recuperación en ciertos mercados. Los distribuidores españoles están comenzando a centrarse en identificar oportunidades de crecimiento y sentar las bases para una evolución futura. A pesar de la presión sobre los costes y los márgenes, los CEOs del sector son moderadamente más optimistas que el año anterior. Además, el informe detecta una ligera mejora en la predisposición de los consumidores a comprar productos de mayor calidad o más saludables, especialmente entre quienes tienen mayor poder adquisitivo.
Tendencias en alimentación en España para 2025
El informe también recoge las tendencias más destacadas para los siguientes meses en España, entre las que destaca que el 49% de los consumidores españoles afirma que seguirá buscando formas de ahorrar, aunque esta cifra ha bajado tres puntos porcentuales respecto a 2024. La búsqueda activa de promociones también se mantiene alta (45%), con especial intensidad entre los hogares de renta baja (49%).
Además, aumenta la intención de compra de productos de alta calidad o premium (+7,7%), especialmente entre consumidores de ingresos altos (+24%). Por el contrario, la intención de comprar productos ecológicos cae drásticamente (-6% en general), con un fuerte descenso entre los consumidores de ingresos bajos (-12%). A ello se une que el 34% de los consumidores planea centrarse más en la alimentación saludable, aunque con una ligera caída (-1%)
Según María Miralles, socia senior de McKinsey & Company, «el volumen vuelve a crecer y algunos consumidores están dispuestos a optar por productos más premium. Mientras tanto, la presión de costes sigue siendo alta y muchos compradores aún se muestran cautelosos ante la persistencia de la presión económica. Identificamos cuatro prioridades estratégicas para los minoristas en 2025: centrarse en los focos de crecimiento, aumentar la eficiencia, conectar con el consumidor del futuro y aprovechar la IA como motor de valor”.