Los productores de tomate acusan a la distribución de estar contribuyendo a destruir la cadena de valor. Las empresas Biosabor, Casi, Coprohníjar, Granada-La Palma, Hortichuelas, Unica y Vicasol han firmado esta mañana un manifiesto conjunto para “evitar la muerte del tomate español”, en el que lamentan que la gran distribución baje los precios cada vez más, sin tener en cuenta las condiciones de trabajo de los agricultores y la calidad de los productos que se producen.
Los productores añaden que la distribución tiene la capacidad de poder apretar a unos productores atomizados porque compiten entre ellos sin tregua. “El productor acepta porque si no, siempre hay alguien que lo va a vender a ese precio y se puede quedar fuera. Acepta hasta que no puede más y entonces deja de producir tomate”.
Aseguran los productores que, con tal de bajar el precio se está mermando la calidad del tomate. Las protestas que se han llevado a cabo hasta ahora no han tenido buenos resultados. Por eso, dicen que “tenemos que hacer algo distinto y ya, si queremos seguir teniendo una industria española agroalimentaria fuerte y soberana, que nos aporte riqueza y autonomía, eso solo se consigue en una mesa de valor conjunto”.
Así, las empresas que han firmado este manifiesto instan a todas las partes a sentarse y hablar “de cómo mantener la enorme riqueza de estar en un país como España, autosuficiente y excedentario de productos alimentarios de excelente calidad, estableciendo de una vez un entorno sensato para todos. No estamos hablando de infringir leyes de competencia, es solo sentido común. En este entorno, al consumidor le dará igual pagar por un kilogramo de tomate 1,69 euros en tienda o 1,79 euros, pero esa sutil diferencia, sí llega al agricultor, hará el gran cambio, que tengamos tomates españoles de agricultores comprometidos que luego serán a su vez fieles clientes de los supermercados”.
Y terminan preguntándose “¿Qué sentido tienen los ODS de Naciones Unidas, el Green Deal y el Farm to Fork europeos si tenemos una trituradora de valor que aplasta el valor común? Si solo vamos al precio ciego no hay futuro para nadie, tampoco para el consumidor ni para supermercados.”