La cosecha de caqui de 2021 será hasta un 20% menos a la de una campaña normal debido a los graves problemas de plagas incontroladas como los cotonets y a la falta de rentabilidad de las últimas campañas que harán mermar la cosecha.
Esta reducción de la producción, junto a la fruta que se quedará sin recolectar, debería repercutir en buenos precios para los productores, según LA UNIÓ de Llauradors, que ha asegurado que denunciará ante la AICA todas aquellas actuaciones fraudulentas que pongan en peligro la normal evolución de una campaña que para la fruta de calidad debería de llegar a los precios de hace unos años.
Las condiciones climatológicas que hasta ahora eran el factor determinante para estimar la producción de la campaña, ahora ya no constituyen el factor esencial para determinar la producción actual. Esta temporada los elementos que más afectan a la producción son, por una parte, el creciente abandono de plantaciones en plena producción. El envejecimiento de las plantaciones y las técnicas de poda que persiguen una fruta de mayor calidad y tamaño no compensan, ni de lejos, la entrada en producción de las nuevas plantaciones.
La cada vez menor rentabilidad y pérdidas económicas que sufren muchos productores se encuentra detrás de este abandono que provoca no solo un recorte de los ingresos, sino graves problemas fitosanitarios como consecuencia de la proliferación de plagas que afectan a toda la producción. Las cada vez mayores exigencias de calidad de las grandes cadenas de distribución no ayudan tampoco.
“Si tenemos en cuenta que los ingresos ya son muy ajustados o incluso con pérdidas, todo hace indicar que el mal nombrado boom del caqui ya ha tocado fondo”, señala LA UNIÓ.