En 2020, la cervecera holandesa Heineken registró unos ingresos netos de 19.724 millones de euros, lo que supone un descenso del 17,4% respecto al ejercicio anterior, si bien en datos orgánicos el descenso fue del 11,9% anual, según ha informado la compañía en un comunicado.
Asimismo, la compañía ha obtenido unas pérdidas de 204 millones de euros, frente al beneficio neto de 2.166 millones de euros contabilizado en 2019, después de asumir un impacto adverso de 1.358 millones por elementos excepcionales y amortizaciones, sin el cual su beneficio neto sería de 1.154 millones, frente a los 2.517 millones antes de atípicos y amortizaciones de 2019.
Por zonas geográficas, en África, Oriente Próximo y Europa del Este la caída en las ventas fue del 17,4% (-9,5% orgánico), hasta los 2.782 millones de euros, mientras que en América, los ingresos netos descendieron un 14,9% (-2,9% orgánico), hasta los 6.319 millones de euros, y en Europa, la facturación retrocedió un 18,8%, hasta los 8.631 millones.
De este modo, de cara a 2021 la cervecera ha explicado que, “en general, la pandemia de Covid-19 y las medidas gubernamentales continúan teniendo un impacto material en nuestros mercados y negocios. 2021 comenzó con muchas restricciones en nuestros mercados, incluidos cierres comerciales y restricciones para viajar. En Europa en particular, estimamos que a finales de enero de 2021, menos del 30% de los puntos de venta on-trade estaban operando. Se espera que la combinación de productos y canales continúe afectando negativamente los resultados, especialmente en Europa”.
Por ello, llevará a cabo un ajuste global de unos 8.000 puestos de trabajo, el 9% de su plantilla mundial, lo que implicará un coste de reestructuración de alrededor de 420 millones de euros y permitirá un ahorro directo en gastos de personal de unos 350 millones de euros.
La medida se enmarca en el programa de mejora de la productividad lanzado por Heineken a finales de 2020 con el objetivo de lograr un ahorro bruto de 2.000 millones de euros para 2023 y que se centra en un rediseño de la organización en 2021 para ser más eficiente, así como una reducción de la complejidad del negocio y un programa de productividad comercial que aborde nuestro gasto menos efectivo, reinvirtiendo completamente las ganancias de productividad.