La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) considera que algunos de los puntos recogidos en el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases suponen un cambio sustancial en la estructura de negocio y ponen en peligro la competitividad del sector.
En un encuentro institucional celebrado en Madrid con la participación de la subdirectora general de Economía Circular del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Margarita Ruiz, el sector ha señalado que algunas de las medidas que plantea el texto son de difícil aplicación.
El sector considera inasumible la intención de ampliación de los costes a asumir por los productores en materia de responsabilidad ampliada, que les obliga a financiar los costes en la gestión de residuos abandonados en el medioambiente o de la limpieza de las vías públicas que señala el Real Decreto.
“Las empresas han dirigido sus inversiones a los objetivos y medidas marcados por las Directivas Europeas. El Real Decreto va más allá, alejándose de las tendencias en circularidad que se planteaban en dichas normas, lo cual podría suponer una distorsión del libre mercado, además de poner en riesgo la viabilidad de las compañías”, ha señalado la directora de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB, Paloma Sánchez Pello.
Igualmente, advierte de que el cambio de modelo que plantea el texto actual supone un retroceso de los objetivos de reciclado alcanzados en la actualidad por España, en los primeros puestos de Europa. “No cabe duda de que necesitamos una mejora de los sistemas de gestión, pero sin echar por la borda lo que ya se ha conseguido. Es importante que la Administración establezca los objetivos y hable con los agentes implicados para que, de manera conjunta y bajo criterios de eficacia, establezcan la mejor manera de conseguirlos”, ha añadido la directora de Competitividad y Sostenibilidad de FIAB.
Desde FIAB se ha recordado que la industria de alimentación y bebidas lleva años trabajando para hacer realidad un nuevo modelo basado en la economía circular y así liderar la transformación de nuestro sistema socioeconómico hacia el desarrollo sostenible. Desde el sector acuerdan en cumplir con los objetivos europeos de circularidad, sin embargo, señalan la necesidad de que la legislación cuente con la opinión de todos los implicados y redunde en soluciones óptimas que, siendo sostenibles, no hagan perder competitividad a las empresas.