Los próximos cinco años serán decisivos para el sector pistachero español con la entrada en producción de la inmensa mayoría de la superficie ocupada por este cultivo en plena expansión, según un análisis realizado por PistachoPro.
Esta organización explica que el punto de inflexión se produce en 2015 cuando se acelera el ritmo de las plantaciones con más de 4.000 hectáreas nuevas cada año. Dicho de otra forma: hasta ese año había solo 7.857 hectáreas y, desde entonces, se han sumado 51.761 hectáreas más, el 86% de toda la superficie.
El último análisis del Ministerio de Agricultura, (con datos de la PAC y el registro de explotaciones Regepa), anota en concreto 59.618 hectáreas en España hasta 2021, el 73% en secano y el resto en regadío. La reciente encuesta Esyrce del Ministerio, del 2 de febrero, sí incluye el año pasado y eleva la cifra hasta 66.467 hectáreas (aunque habitualmente esta estadística se queda corta respecto al dato más representativo de PAC y Regepa).
Castilla-La Mancha es la CCAA que lidera el ranking con el 79% de las hectáreas de secano (34.604 ha) y el 73% de las de regadío (11.400 ha). Las siguientes comunidades son, por este orden, Andalucía, Castilla y León y Extremadura. Las nuevas plantaciones menores de cinco años también se concentran en Castilla-La Mancha con el 78% del total.
Estas cifran confirma que transcurridos siete años desde 2015 el grueso de las 4.008 hectáreas de ese año debería comenzar esta campaña a tener una cosecha vendible. Lo mismo ocurrirá de forma progresiva con el resto de las hectáreas en los siguientes años, por lo que no será hasta finales de esta década cuando se compruebe el verdadero potencial de España en el sector.
“Entonces se alcanzarán en torno a 60.000-70.000 hectáreas en producción y se comprobará si el pistacho español es un actor relevante dentro del mercado internacional liderado por Irán, EEUU y Turquía, principalmente”, destaca PistachoPro, que señala que en 2021 ya se aprecia que la tendencia para de crecer (aun así, se sumaron otras 7.766 hectáreas) y todo apunta a que la pasada y la presente campaña se ha estabilizado el ritmo de plantaciones.
“Por tanto, los efectos del salto cualitativo se observarán a partir de ahora poniéndose a prueba la capacidad de procesado y comercial de un sector que, no obstante, representa el 8% de la superficie de frutos secos en España (el 86% está copado por el almendro)”, concluye.