El sector de las bebidas espirituosas registró el pasado año una caída histórica del 33% en volumen durante 2020 por el impacto de las restricciones a la movilidad, a la hostelería y al turismo derivadas de la crisis sanitaria del Covid-19, según ha expuesto este martes el director de la Federación Española de Espirituosos, Espirituosos España, Bosco Torremocha, en un encuentro online con los medios.
En concreto, Torremocha ha destacado que éste ha sido “el peor año de la historia del sector”, que ha registrado caídas en el consumo con valores entre el -30% y el -50% (en algunos casos singulares incluso hasta el -80%), dependiendo del nivel de exposición a la hostelería y al turismo, siendo el sector de bebidas que más está acusando esta crisis.
La estrecha vinculación de las bebidas espirituosas con el canal hostelero ha quedado más patente que nunca. Así, al cerrar este canal y con las posteriores restricciones (algunas aún vigentes), se han dejado de poner en el mercado 67 millones de litros de bebidas espirituosas, suponiendo una comercialización anual de 141 millones de litros, muy lejos de los 210 millones comercializados en 2019; lo que ha redundado en una estrepitosa caída sectorial, perdiendo una de cada tres consumiciones. Esto, unido a la pérdida de casi 65 millones de turistas, ha supuesto el escenario ideal para que se registren estas cifras.
Asimismo, tal y como ha explicado el director de Espirituosos España, la pandemia ha impuesto un cambio en el peso por canales de ventas de las bebidas espirituosas, lo que supone también la pérdida de valor añadido. En concreto, si en 2019 las ventas en horeca representaban el 62%, en 2020 representaron únicamente el 37%. Por el contrario, las ventas en el canal de alimentación en 2019 supusieron el 38%, mientras que a lo largo del pasado año se posicionaron en el 63%.
Este mayor peso del canal de alimentación se debe, sobre todo, al cierre del canal hostelero, ya que en términos absolutos las ventas en alimentación sólo han crecido un 5% en comparación con las de 2019. “De este modo, es fácil comprender que, en ningún caso, el aumento que han podido tener las ventas en la alimentación ha compensado las pérdidas de la hostelería, que representaban para la mayoría de las empresas, la venta de siete de cada 10 botellas”, destaca la organización.
Comercialización por categorías y ventas al exterior
Si atendemos a la comercialización por categorías, vemos que todas presentan ellas caídas por encima del 25%, siendo las más afectadas el tequila (-53,7%), el vodka (-48,2%), el gin (-36,5%), el ron (-33,3%), el brandy (-29,8%), los licores (-29%) y el whisky (-28,9%).
En este contexto, las bebidas espirituosas han supuesto únicamente el 3% del volumen total de bebidas alcohólicas consumidas en España en 2020, por lo que son, con mucha diferencia, las que mayor impacto han sufrido.
En lo que a comercio exterior se refiere, el 19% de la producción nacional de bebidas espirituosas en 2020 se destinó a la exportación. Lo que supuso un 21,4% menos que el 2019, perdiendo un valor de 172 millones de euros. Además, prácticamente todas las categorías han tenido un comportamiento muy negativo en lo que a exportaciones se refiere, consecuencia de la grave crisis a nivel mundial que ha provocado la pandemia del COVID.
2021, un año de transición
De cara a este 2021, Toremocha ha señalado que se espera que 2021 sea un año de transición y que a partir del segundo semestre del año se empiecen a ver números positivos. “Además, a partir de 2022 debería iniciarse la recuperación con la reapertura del ocio y el regreso del turismo siempre que los Fondos Next Generation lleguen verdaderamente al sector”, ha señalado, añadiendo que “de cumplirse estas expectativas, no sería hasta finales de 2023 inicios de 2024 cuando se volvieran a alcanzar niveles de ventas similares a los de 2019”.
Durante el acto de presentación del Informe Socioeconómico del Sector de Bebidas Espirituosas, el director de Espirituosos España, ha aprovechado para exponer las demandas sectoriales para volver al crecimiento y recuperación económica y del empleo desde una base amplía y transversal y una visión sectorial entre las que destaca un plan nacional de apoyo al turismo y la hostelería, impulsar la colaboración público-privada, evitar cualquier subida de impuestos hasta asegurar la recuperación económica y apoyar a la Industria agroalimentaria, como las destilerías, para combatir la despoblación y apostar por el futuro del medio rural.
“Estamos en un momento excepcional, que requiere medidas excepcionales. Saber asumirlas en estos momentos será la clave para conseguir la pronta recuperación de todos los sectores afectados por esta crisis sin precedentes en nuestro país”, ha asegurado Torremocha.