A pesar de la excepcionalidad vivida durante gran parte del 2020 y que continúa en la actualidad como consecuencia de la Covid-19, el reciclaje de envases volvió a consolidarse un año más como una práctica medioambiental muy extendida en la sociedad española, según los datos de Ecoembes, que confirman el crecimiento, un año más, en la cantidad de estos residuos que los ciudadanos depositaron en el contenedor amarillo (destinado a envases de plástico, latas y briks) y, de forma excepcional, un ligero descenso en el contenedor azul (papel y cartón).
En concreto, cada ciudadano depositó 18,6 kilogramos de residuos, un 8,5% más respecto al año anterior, en los 388.174 contenedores amarillos destinados a los envases domésticos de plástico, metal y brik que los ciudadanos tienen a su disposición. Una cantidad que, durante los últimos cinco años, se ha incrementado un 41% y que refleja el creciente compromiso ciudadano con el reciclaje de estos envases. Pero hay que seguir reforzando y sensibilizando para afinar la separación que los ciudadanos hacen en sus hogares, ya que de los kilos que cada ciudadano depositó en el contenedor amarillo, 5,3 kilogramos fueron de residuos que no están destinados a este contenedor, es decir, que no son envases.
Por su parte, cada ciudadano depositó 19,3 kilogramos de papel y cartón en los 229.594 contenedores azules que hay situados en la vía pública, un 0,3% menos que en 2019. Una caída marcada por la pandemia ya que se ha producido una caída del uso del papel y cartón debido a una menor actividad comercial. De hecho, y a pesar de esta caída puntual, en los últimos cinco años, la cantidad depositada en los contenedores azules ha aumentado un 24,6%. Cabe destacar que, en estos contenedores, además de envases domésticos de papel y cartón, se depositan otros residuos, como el papel y el cartón comerciales y las revistas.
Además de a través de los contenedores azules y amarillos, los envases domésticos ligeros de plástico, metal y brik, papel y cartón, se recogieron en otros puntos de reciclaje como los 45.218 contenedores de recogida selectiva situados en lugares de gran concurrencia (oficinas, estadios, hostelería y festivales, entre otros).
En contraposición a la subida de la recogida selectiva en la calle, la reducción, e incluso la cancelación, de la actividad comercial, empresarial y de eventos a causa de la Covid-19 supuso una menor recogida de envases domésticos en estas ubicaciones. Por último, también se recogieron estos envases domésticos en las plantas de residuos urbanos a las que se trasladan los contenedores de resto (un lugar en el que no deberían depositarse estos residuos, pero al que, gracias a la colaboración ciudadana, llegan cada vez menos envases).
En total, gracias al esfuerzo y compromiso de la sociedad, en 2020 se entregaron a instalaciones recicladoras homologadas un total de casi 1,5 millones de toneladas de envases domésticos para su posterior reciclaje, un 1% menos que el año anterior. Atendiendo al tipo de material, 616.282 toneladas recuperadas fueron a envases domésticos de plástico; 249.231 toneladas envases domésticos metálicos –como latas de conservas o refrescos; 617.333 toneladas papel y cartón; y 7.435 toneladas madera.
Gracias a estos datos, se evitó en 2020 la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, cantidad que equivale a lo que emiten las calefacciones de 800.000 personas (la población de la provincia de Tarragona) durante un año. Asimismo, se ahorraron 20,29 millones de m3 de agua y 6,37 millones de Mwh de energía.
“El compromiso de la sociedad con el reciclaje de envases domésticos ha crecido a pesar del contexto de pandemia, siendo este hábito una de las principales herramientas de los ciudadanos para contribuir, desde su ámbito individual, a la economía circular,” ha afirmado Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes. En esta línea, ha manifestado que “como sociedad tenemos una responsabilidad para con el planeta y numerosos retos que asumir al respecto. El reciclaje es solo es una parte de la transición hacia un modelo económico más circular y respetuoso con el medioambiente, pero debemos hacer más, apostando por la reducción, dejando atrás el hiperconsumo y la sobreproducción”.