El mercado del cacao está en caída libre. Los precios se han desplomado un 45% desde enero, borrando dos años de máximos históricos y transformando la industria, según revela el último análisis sobre el sector realizado por Coface.
Según sus analistas, tras alcanzar casi los 12.000 dólares por tonelada a finales de 2024, el cacao se sitúa actualmente en torno a los 5.000 dólares por tonelada, lo que supone una caída de más del 50% en un año. Este fuerte descenso se explica por dos factores: las previsiones optimistas de cosecha en Costa de Marfil y el fin de la especulación que había impulsado el aumento de precios en 2024. A pesar de esta caída, los precios se mantienen dos veces por encima de su promedio de 2012-2022 (2.525 dólares por tonelada).
El informe señala que aunque los efectos de El Niño y el virus del brote hinchado tipo1 han remitido, el déficit de suministro persiste y continúan los problemas de 2024. Las plantaciones están envejeciendo, la inversión sigue siendo demasiado limitada y la producción está muy concentrada geográficamente. Costa de Marfil y Ghana representan juntos casi el 60% de la producción mundial, cifra que aumenta al 70% si incluimos el resto de África Occidental. Por lo tanto, el sector del cacao es extremadamente vulnerable a cualquier interrupción del suministro en esta región.
Demanda mundial robusta
En cuanto al consumo de chocolate, sigue creciendo, impulsado por Asia y los segmentos premium. Los chocolates éticos, orgánicos y bajos en azúcar están ganando terreno, al igual que el cacao certificado (Fairtrade, Rainforest Alliance). Al mismo tiempo, países productores como Costa de Marfil y Ghana buscan aumentar la proporción de molienda nacional para obtener más valor.
África Occidental sigue dominando, pero América Latina, en particular Ecuador, aspira a superar a Ghana para 2027, con una producción anual de 650.000 toneladas de cacao. Las iniciativas de trazabilidad impuestas por la UE y el mecanismo del Precio de Referencia para una Renta Decente (PRRD) implementado por los gobiernos de Ghana y Costa de Marfil (que establece un precio mínimo al productor (precio en origen) de 3.408 dólares por tonelada en Ghana y de 2.650 dólares por tonelada en Costa de Marfil) están aumentando simultáneamente la presión para una cadena de suministro sostenible y transparente.










