El crédito a empresas del subsector comercio se situó por encima de los 87.700 millones de euros en junio de 2020, lo que supone un incremento del 11,7% respecto al mismo mes del año anterior, es decir, un aumento de cerca de 9.000 millones de euros, según un análisis elaborado por la consultora AIS Group en base a los últimos datos de stock de crédito publicados por el Banco de España, que señala que, dentro del sector servicios, el crédito al Comercio es el que más ha crecido en términos absolutos desde que empezó la crisis del coronavirus.
Estas cifras confirman que el sector comercio es uno de los que más está notando las consecuencias económicas de la pandemia. A pesar del aumento significativo de las ventas por canal digital, éstas no llegan a compensar la facturación de los puntos de venta. En el caso del pequeño comercio, el incremento de la compra online ha tenido un efecto general negativo, ya que muchos de estos negocios no están preparados para vender online.
Se espera un aumento de las ventas en la recta final de año con campañas como el Black Friday, el Cyber Monday, la navideña o las Rebajas, pero esto no impide que sean muchos los comercios que se han visto obligados a recurrir a créditos, refinanciaciones y líneas avaladas por las administraciones, hasta el punto de que el saldo de créditos vivos del sector comercial es el más alto de todos los subsectores que se integran en servicios, superando en unos 2.000 millones al de actividades inmobiliarias, que hasta diciembre de 2019 era el más elevado.
“Se trata de un incremento muy destacable, pues desde 2018 crecía a un ritmo mucho más bajo que oscilaba en tasas de entre el 2% y el 4%”, comenta José Manuel Aguirre, economista y director comercial de AIS Group. Y es que, al superar los 87.700 millones de euros, los créditos al comercio suponen un 15% del total de la cartera de créditos a actividades productivas y una quinta parte del total prestado a las empresas del sector servicios.
Además, según Aguirre, este crecimiento provocará un aumento notable de la morosidad en este tipo de compañías y la ola de impagos llegará en unos meses. Para “evitar que esa ola se convierta en un tsunami que arrase con las carteras de empresas de las entidades financieras”, recomienda tres estrategias donde tecnología, inteligencia de negocio y analítica desempeñan un papel clave.