A pesar del complicado entorno económico que vive Europa, el comercio electrónico ha seguido creciendo aunque a un ritmo menor que los años anteriores. En concreto, según un informe elaborado conjuntamente por Ecommerce Europe y EuroCommerce, el volumen de negocios del comercio electrónico B2C en Europa aumentó de 849.000 millones de euros en 2021 a 899.000 millones de euros en 2022, lo que supone un 6% más. Aunque esta tasa de crecimiento es inferior a la de 2021 (12%), el sector sigue avanzando y se espera que siga creciendo en 2023.
El informe explica que a lo largo de 2022, Europa se vio gravemente afectada por el impacto de la guerra de agresión rusa en Ucrania, entre ellas las altas tasas de inflación que ejercieron una presión a la baja sobre el poder adquisitivo de los consumidores y destaca que los precios más altos fueron el principal impulsor del aumento del volumen de negocios del comercio electrónico en varios países europeos. Sin embargo, los menores volúmenes fueron compensados en parte por un aumento en las compras de servicios en línea (por ejemplo, viajes).
Para ilustrar el impacto significativo de la inflación en el sector, el informe de este año agregó cifras de crecimiento ajustadas a la inflación para Europa y todas sus regiones. En 2021, el crecimiento del comercio electrónico europeo ajustado a la inflación seguía siendo muy fuerte (+9%), pero se desplomó en 2022 debido al shock inflacionario, contrayéndose por primera vez en la historia (-2%).
Las únicas regiones sin caída del comercio electrónico en 2022 fueron Europa del Este (+5%) y Europa del Sur (+13%). En 2023, el comercio electrónico comenzó a recuperarse a medida que la inflación disminuyó, lo que lleva a proyectar un retorno al crecimiento en 2023 (+2%).
El informe también identifica el progreso tecnológico (por ejemplo, 5G, AR/VR, billetera digital) y nuevas soluciones comerciales (por ejemplo, SaaS) como impulsores de una mayor penetración del comercio electrónico y, por lo tanto, como una oportunidad para suavizar las divisiones regionales.
Otro aspecto que plantea el informe es la creciente demanda de un comercio electrónico más sostenible, que se espera que se base en entregas y devoluciones más eficientes, así como en patrones de consumo y producción más ecológicos. En general, las principales conclusiones del informe sugieren que el sector está desarrollando la resiliencia necesaria para superar los desafíos multifacéticos de nuestros tiempos.
Luca Cassetti, secretario general de Ecommerce Europe, ha explicado al respecto que “2022 marcó el 30º aniversario del Mercado Único de la UE y, si bien Ecommerce Europe reconoce los importantes pasos adoptados a lo largo de los años, también vemos que las empresas todavía se enfrentan a barreras importantes, especialmente en relación con las ventas transfronterizas. Las autoridades tienen la responsabilidad de reducir la fragmentación del mercado y eliminar la burocracia para las operaciones comerciales transfronterizas. Cuando comience el próximo ciclo de la UE, será fundamental diseñar políticas preparadas para el futuro y neutrales en cuanto a canales, capaces de adaptarse a las expectativas cambiantes de las empresas y los consumidores, teniendo en cuenta las realidades empresariales”.
Por su parte, Christel Delberghe, directora general de EuroCommerce, ha señalado que “el recorrido del consumidor está cambiando rápidamente y combinar la interacción online y offline se ha convertido en la nueva normalidad. En 2022, con la inflación disparada, los consumidores se volvieron mucho más sensibles a los precios. Buscaban cada vez más ahorrar dinero y lo hacían también comparando y diversificando sus canales de compra online y offline. Esperamos que las ventas en línea sigan creciendo en los próximos años, alcanzando aproximadamente el 30% de las ventas minoristas para 2030. Estar presente en línea se ha vuelto vital para muchos minoristas, especialmente para las empresas más pequeñas”.