La alimentación sana y la preocupación por la salud propia es una tendencia cada vez más habitual entre los consumidores de todo el mundo, algo que también alcanza al sector de los snacks. De ahí que el 80% se decante por aperitivos que les ayuden a mejorar su bienestar físico y emocional, mientras que el 75% busca aquellos que les ayuden a su bienestar mental.
Es la conclusión a la que ha llegado el estudio State of Snacking, elaborado por Mondelēz International mediante encuestas en 12 países. El estudio revela un consumo de snacks más consciente, pues el 86% de los encuestados asegura que es importante tener el control sobre los snacks que consume, ya sea mediante opciones de porciones o a través de la información sobre ingredientes. El 72% busca snacks con control de porciones con 200 calorías o menos (un 9% más que en 2020), mientras que el 74% aboga por un empaquetado información que le ayude en el proceso de decisión de compra.
Desglosando por edades, la mayoría de los participantes pertenecientes a la Generación Z asegura que los snacks les han ayudado a aliviar su ansiedad (86%) o a combatir el aburrimiento (79%). Por su parte, el 85% de los millennials explica que el snacking es útil para satisfacer las necesidades nutricionales.
Asimismo, el 85% asegura que, al menos una vez al día, consume un snack indulgente y otro más nutritivo. En esa línea, el 88% opina que una dieta equilibrada puede incluir también algunos momentos de indulgencia. Mientras que siete de cada 10 consumidores prefiere un picoteo más nutritivo por la mañana, un 62% se decanta por snacks indulgentes por la tarde o la noche.
En palabras de Dirk Van de Put, presidente y CEO de Mondelēz International, “nuestro informe refleja que la definición de snacking está evolucionando globalmente entre los consumidores, lo que está modificando el significado que tiene el snacking en la vida de las personas. El snacking es mucho más que una fuente de nutrición o de indulgencia; es también una fuente de conexión social y de inspiración para tener experiencias más amplias”.
El estudio también revela que los consumidores están cada vez más preocupados por los valores éticos de los productos. El 88% de los encuestados compraría productos con packaging reciclable, mientras que un 86% compraría snacks procedentes de compañías que estén trabajando para compensar su impacto medioambiental.