En los últimos años el ecosistema de los pagos ha sufrido un gran cambio de tendencia. El uso de efectivo y de tarjetas tradicionales ha experimentado un notable descenso, aunque no van a desaparecer, tal y como se ha destacado durante la 10ª edición del Revolution Banking, el evento de referencia para el mundo de la banca en España organizado por IKN Spain.
Durante el congreso se ha realizado un recorrido por la evolución el mundo de los pagos en los últimos años, en los que destacan conceptos como la disminución del efectivo, el contactless, a la realización pagos invisibles, pagos que incluyen la biometría o internet de los pagos.
De las ponencias del evento también se ha podido entender que las tendencias del futuro estarán enfocadas en la necesidad de que todos los usuarios puedan pagar y recibir pagos mediante su teléfono móvil. Unido a ello, la protección del medioambiente y la sostenibilidad también jugarán un papel fundamental en la notable disminución de los pagos con efectivo y tarjetas.
Pese a este hecho, Julio César Fernández, Director de Desarrollo de Negocio y Operaciones de Servicios Tecnológicos de Cecabank ha recordado que el efectivo no desaparecerá por completo, ya que el 65% de las personas lo consideran indispensable en la actualidad.
Por otra parte, el surgimiento y la constante evolución de la IA ha supuesto una indudable revolución en las actividades financieras. Tal y como afirma Raúl Gómez Púa, Enterprise Architect en Global CTO de Santander, esta tecnología no solo ha cambiado las actividades bancarias, sino también a toda la sociedad. “Al contrario que casos como el metaverso, la Inteligencia Artificial es una tecnología que ha llegado para quedarse”, explica Gómez.
La lucha contra los fraudes y la evolución de la ciberseguridad
La seguridad de los clientes es una de las principales preocupaciones de las compañías del sector financiero en nuestro país. Uno de los momentos en los que más riesgo existe de la existencia de fraudes es en los procesos de onboarding de los usuarios.
En este sentido, las estadísticas revelan que casi el 10% de los europeos ha sufrido un robo de identidad. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de las empresas de evitar este tipo de riesgos. Para ello, el uso de la tecnología es fundamental, soluciones como la biometría permiten solucionar los problemas de suplantación de identidad tanto en fotografías como en vídeo. No obstante, pese a esta importancia de la tecnología, el factor humano continuará resultando imprescindible, ya que existen determinados matices a los que la tecnología no puede acceder.