En un contexto en el que la economía y la alimentación se encuentran inevitablemente entrelazadas, los españoles se enfrentan a retos significativos para mantener una dieta variada y saludable. De hecho, un 38% de españoles admite llevar una dieta menos variada como consecuencia directa del aumento de precios, según una encuesta realizada por HelloFresh.
Esta tendencia que no solo afecta a la calidad de vida de los individuos, sino que también puede plantear preocupaciones sobre la salud pública a largo plazo, especialmente en términos de deficiencias nutricionales o el aumento del riesgo de enfermedades relacionadas con la dieta.
Y es que, un 36% de los encuestados ha tenido que renunciar a preparar ciertas recetas debido al incremento en el precio de sus ingredientes. Un dato que refleja no solo el impacto directo de la inflación en la cocina diaria, sino que puede sugerir, además, un cambio gradual en la cultura culinaria española, conocida por su riqueza.
Otro dato que reseñar es que hasta un 78% de los españoles expresa preocupación por su capacidad de mantener una dieta saludable en los próximos años, ante el temor de que la inflación continúe en ascenso. Este dato señala la creciente preocupación por cómo podremos mantener el acceso a una alimentación de calidad frente al aumento de los costes.