A falta de datos todavía oficiales, Javier Pagés, presidente de la Denominación de Origen Cava, ha anunciado el “buen año” que ha experimentado el consumo de cava durante este ejercicio, gracias al comportamiento tan positivo que ha vivido el canal horeca.
“El consumo funciona bien de momento, aunque no sabemos qué pasará en el futuro”, explica Pagés, durante la primera edición del Paseo Gastronómico del Cava, que se ha celebrado hoy en Madrid, donde se ha presentado la situación actual de la nueva segmentación y zonificación de la DO Cava.
Así, Pagés ha anunciado los cambios introducidos en la denominación, como la identificación del origen del cava, señalando ciertos territorios con características singulares. Por ello, a partir de ahora, en las etiquetas de los cavas que pertenecen a la DO, se mostrará la zona o subzonas a la que pertenecen.
Además, el cava ofrece una clasificación que permite identificar de forma clara los segmentos de esta bebida según los meses mínimos de crianza en botella. Los meses de guarda son los que decidirán dichas categorías, desde el Cava de Guarda (mínimo de nueve meses) hasta los Guarda Superior (con más de 18 meses si son Reserva, 30 meses si son Gran reserva o los Cavas de Paraje Calificado, sin tienen más de 36 meses).
Por otro lado, aparece el marchamo de Elaborador integral, un sello que identifica de forma más clara a las bodegas de la Denominación que llevan a cabo el 100% de su prensado y vinificado, todo ello dentro de la propia bodega. Actualmente, hay 14 bodegas en la Denominación con una producción integral, aunque hay interés en muchas bodegas por alcanzar este sistema.
Estos cambios producidos en las etiquetas son una forma de “dignificar al cava”, explica Pagés. “El vino carece de recursos comunicativos para llegar al consumidor, pero la etiqueta es una buena forma de dar a conocer todos sus valores”.“Vamos a seguir trabajando para comunicar todos los cambios normativos, con el objetivo de dotar de un mayor valor al cava”.