El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina/Txakoli de Bizkaia ha estimado una bajada de ventas en un 30% en 2020 debido a la pandemia del Covid-19, tal y como ha señalado este miércoles durante una rueda de prensa en Bilbao en la que ha dado cuenta del balance económico del pasado año.
En concreto, el presidente del Consejo, José Luis Gómez Querejeta, ha dado comienzo a su intervención recordando que “este año no podemos dar precisamente buenas noticias acerca del Txakoli en Bizkaia. Está claro que en la situación de crisis sanitaria en la que estamos abundan los problemas en muchos sectores y el nuestro, lejos de ser una excepción, es uno de los más afectados por esta pandemia que ya se prolonga por más de un año”.
El cierre total del canal horeca y su posterior apertura muy condicionada por horarios, aforos y otras limitaciones, ha limitado enormemente la capacidad de Bizkaiko Txakolina para dar salida a su producto. La hostelería es el principal canal de comercialización del txakoli y aunque desde el Consejo Regulador se han potenciado otras vías como las tiendas de alimentación, las grandes superficies y la venta directa en internet “estos recursos no compensan las pérdidas que nos causan las limitaciones de bares y restaurantes”, señaló Gómez Querejeta.
Además, el presidente del Consejo Regulador ha asegurado que “lo peor es que las perspectivas para este año son incluso peores si la situación no da un vuelco radical y a corto plazo. Las bodegas de Bizkaia están al límite, y hay mucha preocupación de llegar a la próxima vendimia en septiembre con los depósitos llenos y sin sitio para trabajar con la nueva cosecha”.
José Luis Gómez Querejeta solicitó el apoyo decidido de la Administración, tanto desde el Gobierno vasco, como desde la Diputación de Bizkaia. “Somos conscientes de que esta crisis del Covid-19 afecta a toda la sociedad y a gran parte de la actividad económica, pero no por eso podemos renunciar a solicitar encarecidamente a la administración su implicación decidida, tanto por medio de ayudas directas como impulsando medidas de apoyo al sector”.
A su juicio, el sector está necesitado de esas ayudas con urgencia porque los gastos e inversiones que requieren las explotaciones son constantes. “Nuestro producto final, el txakoli, nos exige un cuidado constante en el viñedo durante todo el año, así como un trabajo preciso en bodega. Este trabajo genera unos gastos que pocas bodegas van a poder hacer frente si no obtienen ingresos ya que, nuestras bodegas son, en muchos casos, pequeños negocios familiares con una limitada estructura comercial y financiera, lo que las hace más vulnerables a situaciones como las que estamos atravesando, comprometiendo seriamente su futuro y amenazando muy gravemente la propia supervivencia de nuestro sector”, terminó.
Aumento de la cosecha
El miembro del Consejo Regulador, Aritza Antolínez Salvador, hizo balance de la producción del año, destacando el ligero aumento de la producción a pesar de todas las dificultades. “En 2020 hemos obtenido una cosecha ligeramente superior a la del año pasado, con un total de más de 1,5 millones de litros de txakoli producido”, señaló, destacando la calidad del txakoli producido “que está obteniendo excelentes calificaciones en las catas de control realizadas por nuestro Comité de Cata”. La producción de uva también ha sido ligeramente superior a la de 2019, con un rendimiento medio por hectárea de 6.000 kilogramos de uva, lo que ha dado un total de 2,3 millones de kilogramos.