El cultivo de la uva pasa en la comarca malagueña de la Axarquía atraviesa uno de sus momentos más delicados. La campaña de este año registrará una caída media del 80% en la producción, según advierte la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Málaga. La combinación de la sequía y la fuerte incidencia del mildiu ha derivado en un panorama desolador para un sector que ya venía arrastrando pérdidas en campañas anteriores.
El secretario general de UPA Málaga, Francisco Moscoso, subraya que la situación amenaza con dejar vacíos muchos de los tradicionales paseros de la zona, lo que pone en riesgo la continuidad de una actividad que constituye un pilar económico y cultural en la comarca. “La mayoría de los agricultores no llegarán ni a llenar un pasero y medio en sus explotaciones”, señala. Esto se traduce en pérdidas económicas cuantiosas, ya que los costes de producción se mantienen elevados mientras que los precios en origen continúan siendo considerados “ruinosos”.
Sequía, mildiu y expectativas frustradas
El inicio de la campaña llegó a despertar cierto optimismo tras las lluvias asociadas a la Dana, que mejoraron el estado de las vides. Sin embargo, la ausencia de precipitaciones posteriores y la elevada incidencia del mildiu han reducido drásticamente las expectativas. “Al principio estaban las vides como hacía años que no veíamos, con una buena cosecha. Pero, al final, nos encontramos con un panorama desolador”, explica Moscoso.
La enfermedad ha golpeado con especial dureza este año, sumándose a la escasez hídrica que sufre la comarca desde hace varias campañas. En ejercicios anteriores, las pérdidas se situaban en torno al 60%, pero en 2025 se ha alcanzado un nivel “más grave”, con descensos productivos del 80% de media.
El efecto acumulado de estas dificultades coloca a los productores ante un futuro incierto. Moscoso asegura que “los agricultores tendrán muy complicado mantener la actividad de sus explotaciones”, no solo por la caída de la cosecha, sino también por los costes crecientes y la falta de rentabilidad. “Nos tememos que muchos agricultores no podrán continuar con sus explotaciones, lo que hace que el sector tenga un futuro bastante incierto”, advierte.
El dirigente de UPA recalca que el sector necesita medidas urgentes para evitar su desaparición. “La situación de la uva pasa en la Axarquía es dramática, porque cientos de familias viven de esto y ven cómo, año tras año, mantener las explotaciones activas les cuesta mucho dinero que no logran cubrir con la venta de la escasa producción”, sostiene. Según su análisis, unos precios justos en origen permitirían al menos mantener la actividad y dar cierta estabilidad a los productores.
UPA Málaga ha lanzado un llamamiento a las administraciones para que intervengan con medidas concretas de apoyo. Moscoso critica que la catalogación de la uva pasa como Sistema de Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) no se traduzca en beneficios tangibles para los agricultores. “No es de recibo que el agricultor no vea beneficio alguno al hecho de que la uva pasa se encuentre catalogada en el SIPAM. Es algo inaudito que no ocurre en otros cultivos con diversas catalogaciones como una IGP o una denominación de origen”, señala.
En este sentido, desde la organización reclaman un plan de promoción real que repercuta positivamente en las rentas agrarias. “Ahí la Administración debería adoptar medidas encaminadas a que los agricultores sigan viviendo dignamente de sus cultivos”, concluye Moscoso.










