Aunque a nivel global las inversiones en proteínas alternativas cayeron un 42% en el 2022, actualmente, el mercado y las marcas están apostando masivamente por las tecnologías de fermentación de precisión o el cultivo celular, en menor rango. En este sentido, Raquel Virto, Responsable Científico-Técnica I+D+i, CNTA, asegura que “en fermentación de precisión, en capacidad de tamaño, escalado y equipamiento tenemos que envidiar a Estados Unidos. En Europa tenemos el freno. Estamos todavía en el paso anterior”.
La experta del NCTA participó en The Green Revolution Day, un evento organizado por la consultora Lantern, para presentar el cuarto informe The Green Revolution, en el que se destacó que la opción de invertir en productos plant-based tradicionales se ha visto desplazada por estas nuevas tecnologías que buscan desarrollar alternativas a las proteínas, aunque no necesariamente desde una base vegetal.
Así, se señaló que, en términos tecnológicos, en los últimos dos años, el mercado de productos plant-based no ha parado de trabajar para desarrollar otras tecnologías y aplicaciones. La fermentación tradicional ha estado presente desde hace siglos en nuestra alimentación y es un proceso que sigue siendo relevante en el desarrollo de alternativas a las proteínas tradicionales. En este sentido, paralelamente, la fermentación de biomasa y de precisión se están haciendo mayor eco en la industria, siendo la tecnología más desarrollada en este sector.
“La fermentación de precisión es la tecnología a medio plazo que va a llegar y nosotros ya estamos trabajando en ello. Ya era hora que la biotecnología llegase a la alimentación. Es una tecnología disponible y estaba tardando en llegar al mundo de la alimentación”, subrayó Virto. Asimismo, según Jorge López, director de operaciones, Zyrcular Foods “en la industria, la fermentación va a ser la que llegue. Es lo más sostenible y lo más rápido. Además, a nivel nutricional es mejor que las demás”.
Otro de los grandes hitos de la tecnología, aunque sí en menor medida, ha sido el cultivo en el mercado de las carnes desarrolladas en laboratorio o carne a partir de células cultivadas (cell-cultivated meat). Este tipo de productos están disponibles en mercados como Singapur (desde 2020) y, recientemente, en Estados Unidos. Sin embargo, en términos europeos el proceso de aprobación de carne cultivada implica una evaluación de riesgos por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y se trata de un proceso arduo y largo para su autorización.
En términos nacionales, el pasado 2021, el 17% de los españoles estaba abierto a comprar carne de laboratorio. Dos años después, esta opción se mantiene, ya que el 17% de los ciudadanos estarían dispuestos a comprarla, un 27% no lo tienen claro, y hasta un 57% no estarían por la labor. En este sentido, las nuevas generaciones estarían más abiertas a consumir estos productos. Entre los menores de 24 años, la aceptación de la carne de laboratorio se dispara hasta un 36%. En el extremo opuesto, entre el grupo de mayores de 65, únicamente el 8% declara que estaría dispuesto a comprarla.
Sin embargo, esta tecnología continúa estando todavía en desarrollo y aún le queda camino por recorrer para lograr ser una parte relevante del mercado de proteínas alternativas.
La falta de regulación, el principal freno en el mercado plant-based español
Por otro lado, durante el evento también se destacó el frenazo de la ola plant-based, junto con la pérdida de inercia en la tendencia, dos de las cuestiones principales que ponen sobre la mesa el futuro de la categoría, con una urgente necesidad de realizar cambios estructurales y de planteamiento para volver a impulsar su crecimiento.
La tendencia veggie es uno de los mayores movimientos que ha sufrido el sistema alimentario desde la industrialización y el surgimiento de las marcas. Sin embargo, su implementación avanza a diferentes velocidades, dependiendo de la zona geográfica y los intereses nacionales. Estas diferencias se dan, principalmente, a nivel regulatorio, donde hay grandes discrepancias entre países en cuanto a la aprobación de la comercialización de nuevos productos y tecnologías. En España, la regulación es el talón de Aquiles para seguir impulsando el futuro de la industria plant-based.
En este foco, la responsable Científico-Técnica I+D+i, CNTA reclamó unas ‘normas del juego claras’. Cómo se tiene que hacer desde la parte de investigación y cómo se tiene que hacer desde el punto de vista empresarial”.