La Organización Mundial del Comercio prevé ahora un crecimiento del volumen del comercio de mercancías del 3% en 2022, inferior al previsto anteriormente, que era del 4,7% y del 3,4% en 2023, pero estas estimaciones son más inciertas de lo habitual debido al carácter fluido del conflicto entre Rusia y Ucrania, que están poniendo en peligro la frágil recuperación del comercio mundial.
La entidad explica que la repercusión económica más inmediata de la crisis ha sido un acusado incremento de los precios de los productos básicos. “A pesar de sus reducidas participaciones en el comercio y la producción mundiales, Rusia y Ucrania son proveedores clave de bienes esenciales, como alimentos, energía y abonos, cuyo suministro se ve actualmente amenazado por la guerra. Los envíos de cereales a través de puertos del mar Negro ya se han interrumpido, lo que podría tener consecuencias nefastas para la seguridad alimentaria de los países pobres”, asegura.
Además, añade que la guerra no es el único factor que pesa sobre el comercio mundial en estos momentos. Los confinamientos impuestos en China para impedir la propagación de la Covid-19 están perturbando de nuevo el comercio marítimo en un momento en que las presiones de la cadena de suministro parecían estar atenuándose. Esto podría dar lugar a una nueva escasez de insumos manufactureros y a una mayor inflación.
«La guerra en Ucrania ha causado un inmenso sufrimiento humano, pero también ha perjudicado a la economía mundial en un momento crítico. Su repercusión se dejará sentir en todo el mundo, especialmente en los países de ingreso bajo, en los que los alimentos representan una gran parte del gasto de los hogares», ha afirmado la directora general Ngozi Okonjo-Iweala.
«Como resultado de la reducción de los suministros de alimentos y de la subida de los precios de los mismos, los pobres del mundo podrían verse obligados a prescindir de ellos. No se debe permitir que eso ocurra. No es el momento de encerrarnos en nosotros mismos. En una crisis se necesita más comercio para asegurar un acceso estable y equitativo a los artículos de primera necesidad. La restricción del comercio amenazará el bienestar de familias y empresas y dificultará la tarea de forjar una recuperación económica duradera de la Covid‑19″, ha añadido.
En este contexto, ha asegurado que los Gobiernos y las organizaciones multilaterales debían trabajar conjuntamente para facilitar el comercio en un momento de fuertes presiones inflacionistas sobre los suministros esenciales y de crecientes presiones sobre las cadenas de suministro. «La historia nos enseña que dividir la economía mundial en bloques rivales y dar la espalda a los países más pobres no conduce a la prosperidad ni a la paz. La OMC puede desempeñar un papel fundamental proporcionando un foro en el que los países puedan debatir sus diferencias sin recurrir a la fuerza, y merece que se la apoye en esa misión», ha dicho.
Aumento de las exportaciones
Según las previsiones, el crecimiento del volumen de las exportaciones en 2022 será del 3,4% en América del Norte, el -0,3% en América del Sur, el 2,9% en Europa, el 4,9% en la CEI, el 1,4% en África, el 11,0% en Oriente Medio y el 2,0% en Asia.
Asimismo, el crecimiento de las importaciones será del 3,9% en América del Norte, el 4,8% en América del Sur, el 3,7% en Europa, el -12% en la CEI, el 2,5% en África, el 11,7% en Oriente Medio y el 2% en Asia.
En cuanto a los PMA, los volúmenes de exportación e importación aumentarían en 2022 un 3,5% y un 6,6%, respectivamente. En el caso de todas las regiones, con excepción de Oriente Medio, las previsiones para 2023 se han revisado a la baja. Los costos del comercio aumentarían a corto plazo como consecuencia de las sanciones, las restricciones a la exportación, los costos de la energía y las perturbaciones del transporte causadas por la Covid-19.