Las compras españolas de miel de origen chino batieron en 2010 récords y alcanzaron la cifra de 11.327 toneladas, lo que consolida al gigante asiático como al primer y destacadísimo proveedor de la industria envasadora, con el 86,5% de las importaciones de miel no comunitarias.
Tal registro equivale también a más de un tercio de la producción española media de los últimos años, estabilizada entre 30.000 y 33.000 toneladas. Ante la magnitud de las cifras alcanzadas, AVA-ASAJA reclama al Ministerio de Sanidad que investigue si las empresas transformadoras están mezclando el producto nacional con el asiático sin el preceptivo etiquetado para así abaratar costes y poder colocar la miel a un precio sensiblemente inferior pero sin las debidas garantías de trazabilidad y sanitarias.
A este respecto el presidente de esta organización agraria, Cristóbal Aguado, denuncia que China “no sólo practica la competencia desleal por precio sino que además sus apicultores se benefician del ‘dumping’ medioambiental y fitosanitario, al no tener restricciones en cuanto al uso de productos que en la UE están prohibidos por su toxicidad”.
Por otro lado, el lluvioso y frío invierno, la irregular y calurosa primavera registrada, unida a los efectos de enfermedades que están menguando seriamente la población de abejas melíferas –como la varroosis o el Síndrome de Despoblamiento de las Colmenas- han provocado un importante descenso de la producción apícola española para este año. Y tales previsiones parecen haber animado más si cabe las importaciones incontroladas de China.
Según los últimos datos, de enero a abril de 2011 las adquisiciones de miel de origen asiático alcanzaron las 4.128 toneladas, más del doble que en el mismo periodo de 2010, año en el que ya se superaron todas las marcas. Los operadores españoles parecen buscar así frenar la subida de los precios en origen de la miel, que en las últimas fechas está experimentando un cierto repunte a causa de lo dicho anteriormente. El contraste entre las cotizaciones del producto español y el procedente del Extremo Oriente es evidente: un kilo de miel nacional se paga entre 2,6 y 3,2 euros mientras que el asiático colocado ya en el mercado español no supera los 1,6 euros.
AVA-ASAJA recuerda que la Comisión Europea (CE) se vio obligada a prohibir durante casi dos años (2003 y 2004) las importaciones de mieles chinas debido a los constantes problemas de presencia de residuos de antibióticos prohibidos en la UE. Tras aquel veto, el ejecutivo comunitario dejó en manos de las propias autoridades chinas los controles y la expedición de los nuevos certificados para acreditar la seguridad de sus envíos. Para Aguado “la decisión tomada era como poner a la zorra a cuidar el gallinero: si por aquellas fechas ya fueron incapaces de garantizar la seguridad de los envíos a la UE, ahora que exportan más del doble, difícilmente lo serán”.