El balance final de la campaña citrícola recién concluida arroja resultados desastrosos para los productores valencianos hasta el punto de que muchos de ellos se encuentran en una situación de quiebra técnica, según un estudio elaborado por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).
Los cálculos contenidos en el nforme indican que, por término medio, cada citricultor sufrió una pérdida por hectárea de 1.693 euros como consecuencia de las bajas cotizaciones registradas en el campo durante la mayor parte de la temporada. Con la única excepción de las variedades extratempranas y tempranas de mandarina los precios en origen se mantuvieron por debajo de los costes de producción en los momentos cruciales de la temporada.
El estudio, basado en las propias cotizaciones oficiales que publica el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Marino y Rural, los precios en el campo no llegaron -en el caso de las naranjas- a cubrir siquiera el desembolso necesario para cultivarlas durante casi cinco meses de la campaña, es decir, durante la mayor parte de la misma. Por lo que respecta a las mandarinas, la evolución fue ligeramente más favorable si se tiene en cuenta que las cotizaciones en el campo se situaron por debajo de los costes productivos durante tres meses en lugar de cinco como sucedió con la naranja (se adjuntan gráficos).
“En cualquier caso -apunta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado-, la temporada se cierra nuevamente de forma calamitosa para los productores. Somos la base principal sobre la que se sustenta este sector en el que todos los actores que participan sacan su parte de beneficio, por mínimo que sea, con la única excepción del agricultor. Lo que está sucediendo en la citricultura es un crimen, nos han llevado a un callejón sin salida y estamos en una situación de quiebra técnica. La cosecha que teníamos este año era perfectamente asumible por el mercado en términos rentables, pero las cosas no se han hecho bien. Es cierto que hay muchos comercios y cooperativas que trabajan con seriedad, pero por desgracia no puede decirse lo mismo de todos ellos”.