La Eurocámara ha exigido a la Comisión Europea que introduzca sin demora mecanismos de mercado «eficientes y flexibles» para poner freno a la volatilidad de los precios y la especulación que perjudican al sector ganadero europeo.
Los diputados apuntan a los elevados precios del cereal como una de las principales causas de la crisis que afronta este sector y que podría conducir a una reducción significativa de la producción de carne en la Unión Europea.
Además, un gran número de explotaciones ganaderas se encuentran seriamente amenazadas debido a factores como el aumento del coste del combustible y los fertilizantes, una mayor competencia de las importaciones procedentes de terceros países, los bajos precios que perciben los productores agrícolas por los productos cárnicos y el elevado coste de cumplir con «las normas más estrictas del mundo» en seguridad alimentaria, medio ambiente, bienestar animal y condiciones laborales.
El Parlamento Europeo propone una «red de seguridad» para todos los sectores de los cereales, con un precio mínimo de intervención para el sistema de licitación. Igualmente, exige que se utilicen los mecanismos de mercado disponibles para aliviar la crisis actual en el sector de la carne de porcino y otros sectores de la ganadería.
La Comisión debe luchar contra los excesos de la especulación en los mercados de la Unión, así como en los mercados mundiales, concretamente en el marco de la nueva directiva sobre instrumentos financieros. Los diputados también abogan por reforzar las medidas destinadas a apoyar al sector ganadero en las zonas desfavorecidas.
Se solicita a la Comisión que «garantice que las importaciones procedentes de terceros países cumplen las normas de la UE en el ámbito del bienestar animal con el fin de evitar la competencia desleal». En este sentido, el texto hace hincapié en que, en los próximos años, los sectores de la carne de porcino y de las aves de corral tendrán que cumplir requisitos aún más estrictos sin apoyo financiero de la UE.
Los diputados piden al ejecutivo de la UE que «proteja plenamente los intereses de los productores europeos en las negociaciones comerciales bilaterales con Mercosur y con otros terceros países, evitando concesiones que podrían poner en peligro la producción del sector ganadero de la UE».
El texto insta a la Comisión a que ofrezca seguridad jurídica para las importaciones de soja y maíz procedentes de terceros países mediante la introducción de un «umbral pragmático para la presencia accidental de OMG -Organismos Modificados Genéticamente- aún no autorizados en la Unión Europea pero en fase de estudio científico».