En un contexto macroeconómico complicado, como el que ha venido reinando a lo largo de 2018, la industria de alimentos y bebidas no ha permanecido ajena a este cambio de tendencias. Así, se ha mantenido prácticamente estable con una producción de 116.890 millones de euros, lo que supone un ligero crecimiento del 0,1%.
La esperada estabilidad en el comportamiento de la demanda interna, especialmente del consumo y de las ventas externas, fundamentalmente en el área de la Unión Europea, ha limitado el ritmo de crecimiento de la actividad productiva aunque no ha impedido que, en términos reales, su valoración mantenga un perfil creciente, aunque prácticamente plano, en 2018, de acuerdo al Informe Económico Anual correspondiente al ejercicio de 2018 que elabora la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab).
Mauricio García Quevedo, director general de Fiab, explica que “se empiezan a vislumbrar síntomas de ralentización y cierta debilidad en el contexto económico global que pueden verse reflejados en las cifras de producción y exportaciones”. Por eso, “desde la industria española de alimentación y bebidas reclamamos medidas concretas que doten de estabilidad y permitan el desarrollo del sector”, ha asegurado García de Quevedo.
Pero, aunque, la producción ha sido plana, el sector ha ampliado su valor añadido bruto un 3,4% más que en el ejercicio anterior hasta alcanzar los 30.847 millones de euros.
En cuanto al consumo, el gasto en alimentación superó de nuevo los 100.000 millones de euros en 2018, correspondiendo el 65,8% al consumo dentro del hogar y el 34,2% a la participación de hostelería y restauración. Los gastos medios per cápita realizados en el hogar alcanzan los 1.500 euros, lo que supone un incremento del 1,3%, retornando a un contexto de consumo similar al registrado en 2015, tras registrar un crecimiento del 1,6% en el valor de la cesta de la compra que obedece de forma exclusiva a la elevación de los precios, dado que el volumen de consumo per cápita en los hogares en alimentos y bebidas ha permanecido prácticamente estable.
Las exportaciones retroceden
Las exportaciones y las importaciones han compartido, en 2018, unas dinámicas de crecimiento contenidas y cifradas en ambas magnitudes en un retroceso en torno al 0,4%. La debilidad mostrada por las economías europeas y actuaciones proteccionistas en el contexto internacional, especialmente en Estados Unidos, han puesto freno a los intensos crecimientos que venían acumulando las exportaciones de alimentos y bebidas.
Además,” los cinco primeros destinos de nuestros productos se concentran en países cuyas economías se han ralentizado como es el caso de Italia o Alemania, sin olvidar el efecto que tiene el Brexit sobre nuestra actividad”, comenta el director general de Fiab.
En cuanto a las importaciones, éstas han sucumbido a una demanda interna más moderada que ha acusado el efecto de la ralentización de la economía española y, con ello, en 2018 esta industria ha menguado ligeramente sus ventas internacionales, valoradas por encima de los 30.470 millones de euros, dejando que a las importaciones se cifren en 22,45 millones de euros. De este modo, el saldo comercial es positivo, con un valor de 8.025 millones de euros, acumulando así 11 años de superávit en la balanza comercial.
Así, España escala un nuevo puesto en el ranking exportador y se sitúa como la cuarta economía de la Unión Europea tras superar a Italia, a pesar de que más de 1.000 empresas del sector han dejado de exportar en 2018.