Un 34,2% de los consumidores catalanes reconoce que, algunas veces en sus hogares se acaban tirando productos alimenticios que han comprado y el 1,7% declara que desaprovecha los alimentos de forma frecuente, según revela una encuesta del Observatorio Bonpreu y Esclat dedicada al derroche alimentario en Cataluña.
Por el contrario, un 51,3% de los consumidores manifiestan que casi nunca tiran algún alimento y un 12,8% afirman que no lo hacen nunca.
El quinto informe del Observatorio Bonpreu y Esclat del Consumo Alimentario recoge que la cifra del derroche alimentario en Cataluña podría superar las 260.000 toneladas al año. Esta cifra representa tirar unos 34,9 kilogramos por habitante y año. Con estos alimentos que se desperdician en Cataluña se podrían nutrir más de 500.000 personas durante un año, destaca el estudio.
Cuando se analizan estas respuestas en función de la edad se observa claramente que en los hogares de personas mayores se derrochan menos los alimentos que en los hogares más jóvenes. Así, el porcentaje de hogares que considera que nunca tira productos alimenticios entre los mayores de 65 años es del 32,6%, frente al 7,1% de los hogares de los más jóvenes, de 18 a 25 años. Por el contrario, el porcentaje de encuestados que derrocha menudo los alimentos es sólo de un 1,4% entre los hogares mayores de 65 años, mientras que sube hasta el 2,4% cuando se trata de consumidores entre 18 y 25 años.
Cuando el análisis de los datos se hace por sexos, la encuesta de Bonpreu y Esclat evidencia una mayor sensibilidad por parte de las mujeres hacia la problemática del despilfarro. El porcentaje de mujeres que nunca tira productos alimenticios sube al 17,7% frente al 15,1% de los hombres. Una diferencia que no parece muy relevante. Pero, por el contrario, un 34,8% de los hombres considera que "algunas veces" tira productos, ante un 24,0% de las mujeres.
Lleida y Tarragona, las más sensibilizadas
Desde el punto de vista territorial se observan ciertas diferencias. Las demarcaciones de Girona y Barcelona son, según los mismos encuestados, las que evidencian un mayor desperdicio. Por el contrario, es especialmente en la demarcación de Lleida y también en la de Tarragona, donde hay más sensibilidad para aprovechar los alimentos.
Así, por ejemplo, en la demarcación de Lleida, el porcentaje de hogares que nunca derrochan sube al 24,8%, sensiblemente por encima del 12,8% agregado del global de la encuesta, mientras que en Tarragona se queda en un 18,1%, más moderado, pero también por encima de la media de Cataluña. Los porcentajes de Barcelona se sitúan en una posición intermedia y más en línea con la media catalana.
Por tipos de productos, la encuesta revela que las frutas y verduras son los alimentos respecto a los que se reconoce una peor gestión. En concreto, un 52% de los encuestados afirma haber tirado estos productos en alguna ocasión. Este porcentaje baja significativamente para el resto de los productos alimenticios, hasta el 22,8% para los lácteos (leche, yogures y quesos) y al 20,7% para el pan, cereales y pastelería. Por el contrario, para el pescado y marisco, sólo un 2,9% de los encuestados afirma haber derrochado.