El sector del transporte de mercancías por carretera ha mostrado su enorme preocupación ante la situación de incertidumbre que supone el Brexit, según ha quedado patente en la jornada de la Fundación Corell “Brexit: Una amenaza para el transporte por carretera de viajeros y mercancías”.
Así, Ramón Valdivia, director general de Astic, ha manifestado su gran preocupación ante el hecho de que el Reino Unido se convierta en un país tercero sin acuerdo, destacando la incertidumbre en la que se encuentra el sector. "En este momento no puede transmitirse información fiable, porque todo cambia cada día. En el transporte nos preocupan las implicaciones para la importación y la exportación con Reino Unido fuera de la UE. Habrá una frontera y consecuencias aduaneras, de normativa, de permisos, etc. La incertidumbre es lo peor para las empresas, porque no permite planificar y tomar decisiones. Para nosotros es una situación lamentable. No podemos entender que se aboque a un sector al precipicio".
Según Valdivia, los transportistas británicos sacan muy pocas mercancías del país y son las empresas de transporte del resto de países europeos los que realizan esta tarea. "Tuvimos una reunión con representantes británicos para tranquilizarnos y nos aseguraron que podremos entrar en el país sin problema. La cuestión es que tenemos que estar seguros de que podremos salir”. Para Valdivia, no sólo el sector transporte tiene preocupación: “El tejido empresarial está asustado, sobre todo las Pymes, que tienen una capacidad limitada para hacer planes de contingencia".
A pesar de la caótica situación, algunas iniciativas siembran una cierta esperanza, como la del puerto de Calais, que ha creado un sistema electrónico para poder declarar los bienes, asociarlos al vehículo y que se pueda pasar con cierta facilidad, gracias a que las formalidades aduaneras sean realizadas de forma automática. "Se calcula que, si aumenta dos minutos el tiempo de espera de los camiones durante los trámites, se formarán colas de 17 kilómetros", ha afirmado Valdivia.
La solución de que se produzca una prórroga también plantea límites y dificultades, puesto que las elecciones al Parlamento Europeo complican la situación y la posibilidad de que se acepte dicha opción.
Ante esta situación, el sector del transporte pone sus expectativas en el plan de contingencia diseñado por la UE, mediante una propuesta de Reglamento en la que se pacta que los procesos actuales, licencias, permisos, etc. sean válidos hasta el 31 de diciembre. Este Reglamento será aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo, pero está sujeto a reciprocidad por parte del Reino Unido. "Verbalmente han dicho que sí, pero hay que plasmarlo en textos y normativas. Por ahí vemos cierta esperanza, al margen del tema aduanero", ha afirmado Ramón Valdivia.
Ayuda digital
Por otro lado, existen elementos digitales que pueden ayudar a facilitar la situación del transporte, pero que no han sido tenidos en cuenta. El CMR digital pone en contacto al remitente, al destinatario y al transportista, con datos de todo tipo sobre la carga y funciona a través de Internet, sin demasiadas implicaciones tecnológicas. Este sistema, soportado por la empresa TransFollow de Holanda, registra todos los datos, con la garantía de las normas ISO. Sin embargo, el sistema CMR, que es un pacto mundial, no ha sido firmado por Reino Unido y sigue fuera de este convenio.
Además, está el convenio TIR, vigente desde 1947 y creado por Naciones Unidas para facilitar el tránsito de mercancías por carretera, por lo que tiene alcance mundial. Este sistema fija la seguridad de los datos y de la capacidad impositiva, con unas cadenas de garantías. El sistema tiene su versión electrónica en dos vertientes: el TIR EPD, que en España no está funcionando y que es una declaración previa electrónica para que los aduaneros sepan que la mercancía va a pasar por ese punto con garantías, lo cual ahorra tiempo y el eTIR, basado en datos electrónicos, sin papeles, con la garantía de que dichos datos son seguros e inviolables. Este sistema podría ser utilizado en el caso de una frontera dura con el Reino Unido.
Por su parte, Nerea Rodríguez, subdirectora general de Gestión Aduanera, que ha explicado que nadie sabe, a día de hoy, qué ocurrirá tras el Brexit. El impacto aduanero es diferente en los diversos países. En España, el mayor impacto se concentra en los puertos de Santander y Bilbao, desde los que salen los Ferry hacia Inglaterra. Según Rodríguez, los tipos de productos más afectados por la nueva situación son los vehículos, las frutas y hortalizas, así como los productos farmacéuticos, ya que no sólo están sujetos a las Aduanas, si no que requieren autorizaciones por parte de otros organismos y que en este momento no está claro cuáles serán exigibles. "Este tipo de mercancías son muy sensibles y trabajan con plazos cortos de tiempo, por lo que los retrasos tienen consecuencias".
Según la subdirectora General de Gestión Aduanera, "la Comisión Europea ha sido transparente, pero todo está en manos del Reino Unido y no hay una alternativa real. La Comisión ha transmitido que cualquier opción de extensión en los plazos debe tener una finalidad concreta, pero en el Reino Unido no saben lo que quieren. Por otro lado, las elecciones de mayo plantean un problema, ya que pase lo que pase, puede ponerse en duda la legalidad del Parlamento". "La salida sin acuerdo el día 30 de marzo es un escenario muy factible y se está trabajando en el ámbito aduanero. Toda la mercancía que llegue a partir del 30 de marzo es mercancía no comunitaria".
Según Rodríguez, el principal problema es la frontera con Irlanda del Norte. La Comisión había previsto que Irlanda del Norte se quede dentro de la unión aduanera, pero el Reino Unido no quiere tener una frontera interna.
La preparación de la Unión Europea se está centrando en los operadores y en las administraciones, con planes de contingencia. Se está informando a los operadores de que deben prepararse ante la peor situación. Para ello se han realizado seminarios sectoriales, guías para operadores y en diciembre se publicó el plan de contingencia, diferenciando las competencias de la Unión de las competencias nacionales y pidiendo a las administraciones de cada país que tomasen medidas. Sin embargo, el plan de contingencia no supone que se trate a Reino Unido como miembro de la UE; solamente es un conjunto de medidas transitorias y se va a un escenario en el que Reino Unido será un tercer país. En España está en marcha la gestión de un Real Decreto Ley para las actuaciones de ámbito nacional, que se aprobará próximamente.