A pesar de la “tendencia generalizada a la mejora” que se ha producido en los últimos años, las empresas todavía afrontan un grado de complejidad regulatoria superior a la media de las grandes economías del entorno, especialmente en sectores como el comercio minorista, asegura el Banco de España.
El Banco de España considera que “existe un margen de mejora” y que “las Comunidades Autónomas tienen competencias regulatorias muy amplias”. Además, asegura que los indicadores de la OCDE no han tenido la “capacidad para evaluar las normativas de las Administraciones subnacionales, que en España son especialmente relevantes”. Esto es, las barreras normativas para el sector minorista pueden ser “de facto” mayores de las ya advertidas por el organismo internacional.
Tanto la OCDE como el Banco de España inciden en que, a pesar de las medidas adoptadas recientemente, la regulación del comercio en España sigue siendo elevada en comparación con otras economías del entorno. “Esta peor situación se debe principalmente a una elevada regulación del horario de apertura de los establecimientos en relación con otros países europeos“, señala el Banco de España.
Además, según el supervisor “el grado de restricción de la regulación en el comercio se ha incrementado últimamente si se tiene en cuenta la perspectiva regional”. En este sentido, advierte de que la aplicación de la Directiva de Servicios a nivel estatal, que afecta a asuntos como las licencias de apertura, no ha tenido el mismo grado de aplicación a nivel autonómico.