La organización de consumidores Ceaccu asegura que existen lagunas el etiquetado de ciertos productos en materia de seguridad. Así, un 30% de los consumidores asegura que el no disponer de información visible o suficiente, les ha hecho adquirir algún producto que no hubiera comprado de haber conocido sus riesgos.
Según el estudio “Los consumidores ante la seguridad de los productos”, los alimentos, los productos químicos y los juguetes se compran mayoritariamente en grandes superficies. No obstante, para adquirir aparatos eléctricos y cosméticos se recurre más a tiendas especializadas.
En los bazares de conveniencia se compran productos químicos (20,1% de los encuestados), juguetes (el 17,9% de los encuestados), aparatos eléctricos (el (el 14,7% de los encuestados), y comida (el 6% de los encuestados) y cosméticos (el 2% de los encuestados). El precio es el motivo de recurrir a esta clase de bazares, que son también el establecimiento menos valorado en cuanto a seguridad.
Los españoles aseguran que los problemas de seguridad pueden venir, en el caso de los alimentos, por falta de frescura (44%); en los juguetes por el riesgo de asfixia; en los productos químicos por intoxicación; en aparatos eléctricos, por electrocución; en cosméticos por alergias y en medicamentos por las posibles reacciones adversas.
Las personas de mayor edad son las que menos perciben los riesgos en general, (exceptuando medicamentos), mientras que la población con mayor nivel socioeconómico es más consciente de los riesgos.
Para mejorar la información, y así reducir los riesgos, los consumidores piden principalmente: ampliar el tamaño de la letra (70%), evitar la colocación en el punto de venta de los productos de mayor riesgo al alcance de cualquiera (66%), dedicar más espacio en las etiquetas a las advertencias de peligro (66%), y mejorar las advertencias sobre la eliminación del producto para reducir el impacto medioambiental (60%).