Las claves del sector agroalimentario español son “más internacionalización, más innovación y más dimensión”, para poder hacer frente a los “cambios relevantes” que se están produciendo en la agricultura y la alimentación, como el aumento de la población, la inestabilidad de los mercados y la incógnita del clima, ha indicado el ministro Miguel Arias Cañete.
Durante su intervención en la clausura de la segunda edición del Master en Gestión de Empresas Agroalimentarias (MGEA), organizado por la Fundación Lafer, Arias Cañete ha explicado que, desde una perspectiva social, económica y medioambiental, “el sistema agroalimentario es vital para nuestro país”, y así lo demuestran datos como el de su facturación, que representa cerca de un 9% del PIB, un 6,7% del empleo y un saldo exterior anual del orden de 5.500 millones de euros, excluyendo los sectores pesquero y forestal.
Sin embargo, el ministro ha señalado que el reparto de los beneficios generados es muy desigual, debido en gran medida a su configuración dual (alta concentración de la distribución y una gran dispersión en la producción agraria) lo que supone “una clara amenaza para la continuidad del sistema en su conjunto”.
Para corregir estas debilidades, Arias Cañete ha explicado que el Ministerio está impulsando una serie de medidas en el ámbito europeo y el nacional. Así, en la Unión Europea se trabaja para que las propuestas de reforma de la PAC se adecuen “a nuestras condiciones y lograr un techo máximo de recursos financieros para su aplicación más ventajosa con vistas a consolidar el sistema agroalimentario nacional”.
En el ámbito nacional, el titular de Agricultura ha indicado que “estamos emprendiendo acciones destinadas a fortalecer los componentes más débiles del sistema y, sobre todo, a vertebrarlo, para hacerlo más sólido y competitivo”. Según ha recalcado el ministro, las medidas que impulsa su Departamento tienen que ver con la transparencia y equilibrio del sistema, la concentración de la oferta y los programas de internacionalización y de I+D+i.
Sin embargo, el ministro ha subrayado que para llevar a cabo todas las reformas necesarias en el sector y acometer los retos que se presentan, “nada es más importante que la formación”. Por eso, el Ministerio dispone de un Programa de Alta Formación para toda la cadena agroalimentaria, organizado en torno a cuatro grandes retos: dirección y gestión, mercado, eficiencia operativa, y sostenibilidad interna y externa de las empresas.
De cara al futuro, “creemos que la formación de alto nivel es aún más estratégica”, y por eso “queremos reforzarlo, adaptando su formado a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías”, ha afirmado el ministro, quien ha adelantado que también se está preparando un programa inclusivo, y abierto a la participación de las escuelas de negocio.