A medida que transcurre la vendimia las bodegas cooperativas confirman que la cosecha de uva en España será significativamente inferior, en torno al 15%, con respecto a la anterior campaña.
Esta reducción afecta, aunque con distinta intensidad, a casi todas las regiones productoras si bien es más acusada en Galicia y en las regiones del sur y del arco mediterráneo, siendo más moderada en las regiones del centro, Castilla –La Mancha y Madrid, que ya tuvieron mermas en la pasada campaña, y algo más ligera en las del norte. Tan sólo las dos regiones insulares, Baleares y Canarias, esperan recoger más producción que en la campaña anterior.
La principal causa de este descenso es la sequia que desde hace un año afecta a todo el país. En la pasada primavera no se han registrado heladas de importancia que pudieran haber afectado a la producción. Sin embargo, otras causas pueden haber agravado la bajada de cosecha, sobre todo en las zonas donde ésta se muestra más pronunciada.
En Extremadura la vendimia actual viene precedida de dos campañas de altas producciones, lo que en buena lógica hacía presagiar que no habría una tercera campaña de producción elevada. Algo parecido sucede Castilla y León y, sobre todo, en Galicia que, además, se vio afectada al comienzo del verano por algún problema de mildiu en algunas zonas. Andalucía, Cataluña, Valencia y Murcia son las otras zonas más afectadas, esta última por incidencia también del arranque efectuado con cargo a la vigente OCM.
Otra circunstancia que se viene observando en general es el bajo rendimiento de la uva en bodega y es apreciable también una menor riqueza sacárica en las uvas y, por tanto en los mostos, lo que se traducirá en un moderado grado alcohólico de los vinos tras la fermentación.
Se detecta también una elevación de los precios de los vinos en origen, tanto en blancos como en tintos, cuyas ofertas superan casi en un ochenta por ciento los barajados hace un año, que se situaron en torno a 2,5 euros por grado y hectólitro.
Respecto a la calidad es muy buena a tenor de la práctica ausencia de plagas y enfermedades a lo largo del ciclo vegetativo de la uva y se espera una campaña equilibrada entre oferta y demanda en la que el sector vitivinícola español, puede consolidarse en los mercados exteriores, mejorando incluso su facturación, dado que nuestros principales y más directos competidores europeos, Francia e Italia, vienen anunciando también bajadas importantes de sus respectivas producciones.