Por tercer año consecutivo la compañía gallega de distribución alimentaria Vegalsa-Eroski se suma a la Semana Contra el Desperdicio Alimentario, un compromiso de alimentación sin desperdicio que la compañía ha adquirido hace ya años, poniendo en marcha su programa Desperdicio Cero que le ha permitido evitar el desperdicio de 10.917 toneladas de alimentos, una cifra que se ha visto incrementada en un 26% en los últimos tres años.
“Evitar el desperdicio alimentario es uno de nuestros objetivos prioritarios en Vegalsa-Eroski lo que motivó la activación de nuestro programa Desperdicio Cero. A través de él damos salida al género de nuestras tiendas, garantizando así que ningún alimento que es apto para el consumo sea desperdiciado”, explica la directora de RSE de la compañía, Gabriela González. “Para ello, ponemos especial atención a la planificación y la gestión del stock, la adecuada conservación y las buenas prácticas de manipulación de alimentos”, afirma.
Para evitar el desperdicio alimentario, la compañía aplica un descuento de hasta un 50% en sus establecimientos a todos aquellos productos que tienen una fecha de caducidad próxima. Gracias a esta medida se ha evitado el desperdicio de 7.600 toneladas de alimentos en 2019, un 25% más respecto a los últimos tres años. Además, todos los alimentos que son aptos para el consumo se entregan también a organizaciones sociales, sumando un total de 881 las toneladas donadas en el último año a más de un centenar de entidades benéficas locales, lo que supone un incremento del 72% en el último trienio.
Todos los alimentos donados son productos frescos y de alimentación que se retiran de los lineales bien porque han sobrepasado la fecha de caducidad, pero son aún aptos para el consumo, o porque su envase presenta una pequeña deficiencia como una simple abolladura o rotura de embalaje que impide su venta. Para garantizar su estado óptimo para el consumo, desde Vegalsa-Eroski se lleva a cabo un protocolo de actuación que vela escrupulosamente por la seguridad alimentaria de los productos donados.
En el caso de los alimentos frescos se garantiza el mantenimiento adecuado de la cadena de frío también en la entidad receptora de la donación que debe asegurar que cumple las mismas garantías en su transporte e instalaciones. En el caso de que los alimentos no sean ya aptos para el consumo la compañía les da una segunda oportunidad entregándolos a empresas especializadas encargadas de procesarlos. A través de la logística inversa y la gestión en almacén, el pan y los yogures se tratan para obtener harinas; la fruta y la verdura, se destina a alimentación animal, y la carne y el pescado, a la obtención de grasas. En el último año la compañía transformó en subproductos 2.418 toneladas de alimentos, un 18% más en el último trienio.