Hoy en día existen tres ejes de tendencias: salud, comodidad y valores, según han explicado expertos, investigadores y profesionales durante la segunda edición del Foro Cajamar WeFood “Tendencias en alimentación”, que ha reunido a expertos, investigadores y profesionales para abordar los principales cambios en los hábitos hacia el denominado consumo 4.0.
El acto ha servido de termómetro para analizar las tendencias de los consumidores que demandan cada vez más hacia alimentos más funcionales, sostenibles y con mayor valor nutricional. Así, el director de Cajamar Innova, Ricardo García, ha destacado cómo el sector se está adaptando a un consumidor más exigente y con nuevas demandas para responder a la cuestión de qué comeremos mañana. “Todo ello se hace y se hará a través de la inversión en innovación y nuevas tecnologías”, aseguró.
Por su parte, el reconocido asesor de empresas de alimentación y gran consumo José Miguel Flavian, puso el foco en la importancia que tiene el impacto medioambiental entre los consumidores, que cada vez otorgan más peso en su decisión de compra a aquellas marcas que reducen o compensan sus emisiones de CO2, así como las tendencias al alza de los productos más fáciles de elaborar para su consumo final, además de aquellos con mayores propiedades para la salud. “Todo ello, está impulsando a la industria alimentaria hacia la fabricación de productos cada vez más sostenibles desde todos los puntos de vista”, señaló.
Asimismo, la responsable de Desarrollo de Nuevos Productos del Centro Tecnológico de la Industria Cárnica y Centro de Innovación y Tecnología Alimentaria (Ctic Citac), Macarena Baylos, explicó que hace unos años los productos bio y las proteínas vegetales alternativas a las cárnicas estaban prácticamente relegados para un tipo de consumidor considerado raro, mientras que ahora se están ofertando más. “Las fuentes de proteína vegetal son una realidad, aunque hay un gran margen de mejora en cuanto al sabor”, al igual que ocurre con otros componentes en auge como bacterias, algas y microalgas, que “formarán parte de la alimentación del futuro”.
Por otro lado, el director de Castillo de Canena, Francisco Vañó, apuntó que solo el 2% de los aceites que se consumen en el mundo es de oliva. En su camino para adaptarse a las demandas de los consumidores, explicó que “utilizamos el aceite como un condimento y pasamos de producir solo aceite de oliva virgen extra a elaborar nuevos productos con nuevos sabores y técnicas, tales como infusiones en frío, con aceites esenciales y especias, así como aceites funcionales, de venta en parafarmacias”.
Por último, el CEO de Biotech Foods, Íñigo Charola, apuntó que la ganadería tradicional está innovando cada día más con el objetivo de aunar sostenibilidad y productividad, pero considera necesario que haya “un mix” de carnes tradicionales y cultivadas. Explicó que trabajan “con células animales cuyo proceso de producción es más rápido, solo de dos o tres semanas, además de más sostenibles; por ejemplo, en la carne cultivada de ternera se reduce un 90 % el uso de agua y de tierra”. A su juicio, los retos de este tipo de productos radican en la producción comercial, la aceptación del consumidor y la regulación.