Los hogares de la UE podrían ahorrar entre 220 y 720 euros de media cada año reduciendo aún más el desperdicio de alimentos, según un estudio llevado a cabo por el Centro Común de Investigación (JRC) que recuerda que los hogares son responsables de más de la mitad (53%) del desperdicio de alimentos en la UE, más de 31 millones de toneladas de alimentos en 2020. El sector de procesamiento y fabricación ocupa el segundo lugar con el 20% del desperdicio de alimentos de la UE, seguido por el sector de producción primaria (10%), restaurantes y servicios de alimentación (9%) y comercio minorista y otros sectores de distribución de alimentos (7%).
En cuanto a lo que constituye el desperdicio de alimentos de la UE, las frutas y verduras se llevan la mayor parte a la basura, representando el 27% y el 20%, respectivamente. Los cereales (13%), la carne (10%) y las papas (10%) también tienen una participación considerable.
De esta forma, en 2020 en la UE se desperdiciaron casi 59 millones de toneladas de alimentos. Eso es 131 kilogramos de alimentos desperdiciados por cada uno de los ciudadanos que vive en la Unión Europea o aproximadamente el 10% de todos los alimentos suministrados a restaurantes, servicios de alimentos, comercio minorista y hogares. En concreto, los científicos del Centro Común de Investigación (JRC) estimaron que el desperdicio de alimentos representa alrededor del 16% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del sistema alimentario de la UE.
Estos investigadores analizaron los posibles impactos económicos, sociales y ambientales de reducir el desperdicio de alimentos en la UE para 2030 con el modelo económico global llamado MAGNET (Modular Applied GeNeral Equilibrium Tool). Se calculó el impacto de tres escenarios de reducción, con disminuciones de alrededor del 12%, 23% y 41% en el desperdicio de alimentos de la UE, lo que implica diferentes niveles de cortes de desperdicio de alimentos en la cadena de suministro.
Los resultados muestran que con tales reducciones en el desperdicio de alimentos, los hogares de la Unión Europea podrían ahorrar entre 220 y 720 euros en promedio cada año. Esto significaría una disminución de más del 6% en la proporción del gasto en alimentos en el gasto total de los hogares.
Y es que, desperdiciar menos alimentos podría ayudar a mitigar los precios de los alimentos. Por ejemplo, el informe del JRC estima que el precio de las verduras podría disminuir hasta un 4%, mientras que los precios de las frutas podrían bajar un 2%. Además, estimó que reducir el desperdicio de alimentos podría conducir a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de hasta 108 millones de toneladas, según el escenario considerado.
El informe también estima una menor demanda de alimentos en la UE, ya que con menos alimentos desperdiciados, se necesitaría producir menos alimentos para alimentar a la población de la UE. Si la UE reduce el desperdicio de alimentos más rápidamente que otras regiones, el modelo muestra que las exportaciones de alimentos de la UE serían más competitivas en todo el mundo. El aumento resultante de las exportaciones podría compensar algunos de los impactos negativos de la menor demanda interna del sector alimentario de la UE.