Osborne ha aprobado su Plan 2025-2027 tras cumplir con los principales retos del anterior ciclo estratégico. Y es que la compañía ha cerrado el período 2022-2024 logrando sus principales objetivos.
El plan estratégico 2022-2024 estableció como principal objetivo la recuperación económica tras la gravísima crisis de la covid-19, que afectó especialmente a los resultados de los ejercicios 2020 y 2021. Durante los tres años del ciclo 22-24 y gracias a las medidas adoptadas, Osborne ha alcanzado y ha sostenido unos robustos resultados económicos – ventas, ebitda, beneficio neto y deuda-, en línea con sus previsiones y mejorando las cifras de los ejercicios previos al año 2020. Estos resultados han ido acompañados de un incremento de la cuota de mercado de sus principales marcas.
En paralelo, la compañía abordó en este período relevantes transformaciones en todas sus áreas, con importantes inversiones industriales y en tecnología que han permitido avanzar sustancialmente en la modernización de la compañía.
El nuevo Plan Estratégico 2025-2027 prioriza el refuerzo de su portafolio de marcas y la consolidación de todos los proyectos de transformación, para abordar un entorno que se prevé muy desafiante. Osborne prevé un contexto extraordinariamente desafiante durante los próximos años, caracterizado por la inestabilidad geopolítica, por las barreras crecientes en el comercio internacional y por la debilidad del consumo -agravada por la reducción del consumo de alcohol-.
Para responder a estos retos, la compañía ha diseñado y aprobado el plan estratégico 2025-2027 que prevé consolidar la robusta posición financiera alcanzada y finalizar las transformaciones impulsadas en el ciclo 2022-2024. En consecuencia, el nuevo plan mantiene e impulsa la estrategia y las palancas sobre las que la compañía viene trabajando en los últimos años:
-El desarrollo del portafolio de marcas: Osborne prevé reforzar la inversión en sus marcas estratégicas, acelerar el lanzamiento de innovaciones, consolidar las distribuciones de marcas de terceros evaluando la conveniencia de integrar selectivamente nuevas marcas, y estudiar operaciones inorgánicas sinérgicas que aceleren el crecimiento de la compañía. Todo lo anterior con la visión última de dotarse de un portafolio cada vez más premium, internacional y contemporáneo.
-El impulso internacional: La compañía mantendrá sus apuestas por China y por EEUU, si bien en un contexto exterior tan complejo, priorizará el crecimiento y la inversión en los principales mercados de la Unión Europea y en el canal “travel retail” y apostará por mercados emergentes en Asia y Latinoamérica.
-La eficiencia operativa: Osborne finalizará las grandes inversiones de modernización de sus principales centros de producción, reforzará todos sus procesos para asegurar un servicio óptimo a sus clientes y seguirá manteniendo el impulso en la digitalización -tras la implantación exitosa de un nuevo ERP que moderniza la forma de operar de la compañía-.
-La marca Osborne: Por último, Osborne continuará reforzando su marca corporativa e impulsará la captación y fidelización del talento, apoyándose en el estricto cumplimiento de unos valores -autenticidad, maestría, compromiso y espíritu visionario- que inspiran y vertebran la cultura de la organización, y en último término aseguran la sostenibilidad y el futuro de la compañía. Complementariamente, la compañía mantendrá su compromiso de apoyo financiero a la Fundación Osborne, impulsando así su importante labor social.
En definitiva, la compañía mantiene la ambición de crecimiento de su facturación, de refuerzo de su posición financiera, de consolidación de su sólida presencia en el mercado español y de incremento de su presencia en mercados internacionales estratégicos, todo ello impulsado por el desarrollo de su portafolio de marcas.