El 56% de los productos falsificados incautados en las fronteras de la UE proceden del comercio electrónico y más del 75% de los productos falsificados incautados del comercio electrónico proceden de China.
Así, según el estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se acaba de publicar, se confirma que el comercio online fomenta el comercio de productos falsificados y se está convirtiendo en el principal facilitador de su distribución. El estudio analiza los datos de las incautaciones aduaneras de productos en las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) y analiza cómo los productos falsificados terminan en manos de los consumidores.
El comercio electrónico ha crecido rápidamente en los últimos años, una tendencia que se aceleró durante la pandemia del Covid-19. La mayor parte del comercio online en todo el mundo se realiza de empresa a empresa, con un 82% del valor total; el 18% restante (2019) corresponde al comercio de empresa a consumidor.
Si bien el tráfico de falsificaciones por buques portacontenedores predomina claramente en términos de valor, la ruta de los paquetes pequeños, cuyo tráfico ha aumentado un 70% entre 2015 y 2019, está creciendo y es la mayor en términos de número de incautaciones. En la UE, los falsificadores se dirigen cada vez más a los consumidores en el entorno online. Si se analizan las incautaciones aduaneras relacionadas con el comercio electrónico, más del 90% de ellas se envían a la UE en paquetes pequeños.
El estudio también muestra que el valor de las retenciones relacionadas con productos falsificados vendidos online es mucho menor que el de los productos que no proceden del comercio electrónico sino que se envían en contenedores por diversos modos de transporte (carretera, ferrocarril, aire y mar). Las incautaciones de ventas en línea representan solo el 14% del valor total de las retenciones, frente al 86% de las retenciones relacionadas con productos enviados por contenedor. Sin embargo, algunos de estos productos enviados en contenedor se destinan a centros de distribución en la UE, desde los que a su vez se envían a consumidores que los han adquirido online, lo que podría indicar que el papel real del comercio electrónico en el comercio de falsificaciones es considerablemente más importante.
También se analizan los modos de transporte y los países de procedencia de las falsificaciones. Así, los servicios de paquetería dominan todas las incautaciones aduaneras en las fronteras de la UE. En cuanto al origen de los productos comercializados en línea, China ocupa el primer lugar, con más del 75% de las incautaciones de productos falsificados, seguida de Hong Kong, con un 5,7%, Turquía, con un 5,6% y Singapur, con un 3,3%. China también es un país de procedencia dominante en lo que atañe al valor de los productos falsificados adquiridos online, con una cuota del 68%.
El uso del comercio electrónico varía en función del tipo de productos falsificados. Los artículos de perfumería y cosmética (75,3%), los productos farmacéuticos (71,9%) y las gafas de sol (71,3%) son los productos con el mayor porcentaje de retenciones relacionadas con la compra en línea.
En un contexto en el que las ventas online en todo el mundo aumentaron más de un 20% en comparación con 2019, las autoridades policiales han informado de que, además de aumentar las oportunidades para la difusión de las falsificaciones, se ha producido un enorme cambio hacia la ciberdelincuencia, y los delincuentes se han aprovechado de las personas que trabajan desde casa y que cuentan con una infraestructura menos segura para cometer diversos tipos de fraudes electrónicos. Entre los fraudes se incluyen estafas directas en las que el consumidor paga por un producto pero nunca recibe nada, intentos de robo de identidad, suplantación de identidad o fraude de inversión en criptomonedas, entre otros.
Durante la pandemia, el comercio electrónico se ha convertido en el principal canal para los productos médicos ilícitos, incluidos los falsificados y los de calidad inferior, como los kits de pruebas y otros productos relacionados con la pandemia.
“El comercio electrónico ha incrementado las posibilidades de elección de los consumidores y ha ofrecido a las empresas formas nuevas y flexibles de acceso al mercado. Al mismo tiempo, existen pruebas abundantes de que el entorno online también ha atraído a actores indeseables, que contaminan los canales de distribución del comercio electrónico con falsificaciones. La EUIPO colabora estrechamente con una serie de plataformas de comercio electrónico, titulares de derechos y socios institucionales para ayudar a combatir las vulneraciones online de los derechos de propiedad intelectual”, ha apuntado el director ejecutivo de la UIPO, Christian Archambeau.