Según datos de la Seguridad Social en 2022, 9.330 empresas del sector agroalimentario tuvieron que cerrar por problemas económicos. Así el sector se contrajo en un 8,78% al pasar de contar con 115.610 empresas en 2021 a 106.280 empresas en 2022. Asimismo, Cepyme señala que una de cada 15 empresas de este sector se ve abocada al cierre.
Los factores externos que están agravando la situación de estas empresas son múltiples: crisis energética, meteorología adversa, problemas en la cadena de suministro, desaceleración económica, situación política inestable.
Según Pierre Lemarquier, director de Operaciones de Pouey International “estamos en plena campaña de Navidad, que está poniendo a prueba a todos los agentes de la cadena de suministro alimentaria, tensionando sobre todo el área logística y de producción al incrementarse la demanda de determinados productos”.
En este periodo, las cadenas de distribución alimentaria triplican sus pedidos y las industrias de producción y transformación alimentaria tienen que aumentar la producción con lo que esta situación conlleva. Las empresas que venden productos alimentarios tienen que hacer frente sobre todo a los altos precios de las materias primas, aumento de los costes de la electricidad y del packaging además de verse en la necesidad de contratar a más personal.
Lemarquier señala que “uno de los principales problemas de este sector son los impagos, con una tasa de morosidad que va al alza y que se sitúa en el 5,29%”.
Este incremento de los costes de las empresas del sector agroalimentario muchas veces no se ve equilibrado por un aumento de los ingresos. “Los retailers pagan a sus proveedores alimentarios con plazos a 90 días que muchas veces no se cumplen”. Así, en plena campaña navideña, los mayoristas alimentarios deben elegir bien con que grupos de distribución van a trabajar y disponer de un seguro de crédito que cubra los impagos.