Los precios mundiales de los productos alimentarios básicos disminuyeron por tercer mes consecutivo en abril, ya que el impacto económico y logístico de la pandemia de Covid-19 ha provocado fuertes contracciones de la demanda de muchos productos básicos, según ha destacado la FAO, que señala que su índice de precios de los alimentos alcanzó un promedio de 165,5 puntos en abril, un 3,4% menos que el mes anterior y casi un 10% menos respecto a enero.
En concreto, el índice de precios del azúcar alcanzó el nivel más bajo de los últimos 13 años, con un 14,6% menos respecto a marzo, cuando registró una caída mensual aún mayor. El descenso de los precios internacionales del petróleo redujo la demanda de caña de azúcar para etanol, desviando la producción para elaborar azúcar, incrementando así las disponibilidades de exportación. Mientras tanto, las medidas de confinamiento en varios países generaron una presión adicional a la baja en la demanda.
Por su parte, el índice de precios de los aceites vegetales disminuyó un 5,2% en abril, lastrado por la caída de los valores de los aceites de palma, soja y colza. La menor demanda de biocombustibles tuvo un papel importante, al igual que la contracción de la demanda del sector alimentario, junto con una producción de aceite de palma en Malasia y de trituración de soja en los Estados Unidos de América superiores a lo previsto.
Asimismo, el índice de precios de los productos lácteos bajó igualmente un 3,6%, y los precios de la mantequilla y la leche en polvo registraron caídas de dos dígitos en medio de una mayor disponibilidad para la exportación, aumento de las existencias, débil demanda de importaciones y el descenso de las ventas en los restaurantes del hemisferio norte.
En cuanto al índice de precios de la carne, se redujo en un 2,7%. La recuperación parcial de la demanda de importaciones de China fue insuficiente para compensar la caída de importaciones en otros lugares. Mientras, los principales países productores sufrieron dificultades logísticas y un fuerte descenso de la demanda del sector de servicios alimentarios debido a las medidas de confinamiento. «La pandemia está afectando tanto a la demanda como a la oferta de carne, ya que el cierre de restaurantes y la reducción de ingresos de los hogares llevan a un menor consumo, y la escasez de mano de obra para la elaboración está afectando a los sistemas de producción justo a tiempo en los principales países ganaderos», señaló el economista superior de la FAO Upali Galketi Aratchilage.
Por último, el índice de precios de los cereales bajó solo ligeramente, ya que los precios internacionales del trigo y el arroz subieron de forma significativa, mientras que los del maíz cayeron bruscamente. Los precios internacionales del arroz crecieron un 7,2% respecto a marzo, debido en gran parte a las restricciones temporales a la exportación impuestas por Viet Nam, que fueron posteriormente derogadas. Al mismo tiempo, los precios del trigo subieron un 2,5% en medio de informes sobre la rapidez en agotarse la cuota de exportación de la Federación de Rusia. En cambio, los precios de los cereales secundarios (incluido el maíz), bajaron un 10% lastrados por la menor demanda en su utilización, tanto para la producción de piensos como de biocombustibles.