La generación Z exige transformar el sistema alimentario europeo y hacerlo más sostenible. En esta línea, tratan de promover la agricultura regenerativa, definir unas directrices de etiquetado y nutrición uniformes y hacer que los sistemas alimentarios sean más inclusivos.
Para asegurarse de que las opiniones de la siguiente generación se escuchen durante debates cruciales sobre el futuro del sistema alimentario, EIT Food ha trabajado estrechamente con 10 innovadores de entre 18 y 24 años, a los que ha designado FutureFoodMakers, para que sean ellos quienes encabecen el llamamiento al cambio radical. EIT Food es la mayor comunidad de innovación alimentaria del mundo y está respaldada por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT).
Estos FutureFoodMakers han elaborado un Menu for Change (menú para el cambio) que incluye las seis demandas prioritarias para que el sistema alimentario mejore el acceso a alimentos saludables, sostenibles y asequibles. Su propuesta de menú se presentará a un público de responsables políticos y líderes de sistemas alimentarios en la Conferencia sobre el Futuro de la Alimentación de 2021. Las seis demandas reflejan aquellas áreas que los FutureFoodMakers consideran que ejercerán una mayor influencia a la hora de garantizar que la próxima generación pueda heredar un sistema alimentario preparado para el futuro.
Esta iniciativa pide trabajar para que el 25% de las tierras agrícolas de la UE sean gestionadas por prácticas regenerativas para 2030 y desarrollar un organismo de formación para apoyar a los agricultores nuevos y a los ya existentes en la transición a la agricultura regenerativa, así como definir unas directrices uniformes de etiquetado y nutrición de la UE que resulten fáciles y accesibles, satisfagan las necesidades individuales e incluyan el impacto medioambiental de los productos alimentarios.
Además, piden desarrollar una política de inclusión que tenga en cuenta los efectos de las normativas sobre los costes de los alimentos entre las poblaciones vulnerables y la provisión de vales para alimentos ricos en nutrientes y desarrollar una verdadera política de costes alimentarios en toda la UE que exija el cálculo del coste real de los alimentos producidos por medianas y grandes empresas y multinacionales mediante la implementación del análisis del ciclo de vida y las evaluaciones de impacto.
Por otro lado, exigen abordar el desperdicio de alimentos en los supermercados y trabajar en el desarrollo de la estrategia bioeconómica mediante la creación de planes de control en lo referente a la reducción en los supermercados que se incorporen al programa de control de los residuos alimentarios en toda la UE y la aceleración del desarrollo de sustitutos para los materiales basados en combustibles fósiles que son biodegradables, reciclables o de base biológica a escala europea.
Por último, se piden incluir las implicaciones nutricionales, sanitarias y medioambientales de los alimentos en los planes de estudios educativos para niños, así como el apoyo y los recursos para padres y profesores en materia de dietas saludables y sostenibles.