En 2020, los hogares españoles consumimos 27.820 toneladas de tortillas de patatas listas para tomar, convirtiéndose en uno de los platos más reconocidos de la gastronomía española tanto a nivel nacional e internacional, con crecimientos del 15% en el consumo en el hogar durante los últimos dos años, según revela la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (Asefapre).
“El incremento de permanencia en el hogar ha provocado que las familias busquen soluciones que gusten a todos los públicos y que, además, solucionen de una manera rápida una comida o una cena. La tortilla de patatas es una opción sencilla, rápida y fácil de servir que, además, cuenta con diferentes variedades adaptadas a los gustos de cada uno”, afirma Alvaro Aguilar, secretario general de Asefapre.
La tortilla de patatas fue un invento que nació fruto de la necesidad entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Sin embargo, gracias a su excelente sabor, rápidamente supo cautivar a los paladares más pobres y a los más ricos por igual.
“Aunque se trata de una receta aparentemente sencilla basada en cuatro ingredientes básicos (patatas, huevo, sal y aceite), elaborar una buena tortilla de patatas requiere de ciertas dotes gastronómicas… si se quiere alcanzar el punto perfecto”, explica la Asociación, que destaca que “para que todos los consumidores puedan disfrutar de una buena tortilla, el sector de los platos preparados lleva años innovando para, además, ofrecer nuevas alternativas que satisfagan los paladares más exigentes”.
Desde las versiones más clásicas (con cebolla o sin cebolla), hasta las más vanguardistas (con queso de cabra y cebolla caramelizada; calabacín, bacon o espinacas), pasando por las variedades veggie o aquellas que emplean ingredientes procedentes de agricultura ecológica, las tortillas ya preparadas son, sin duda, «la opción más cómoda y sabrosa para las familias», concluye.